Si bien la decisión del Presidente Fernández de frenar el aumento del precio de las naftas que pretendía imponer YPF y que luego acompañarían las demás petroleras fue de diferente tenor al decreto que su antecesor Mauricio Macri había implementado un “congelamiento por tres meses”, los estacioneros advirtieron que “los resultados negativos serán los mismos”.

En ese aspecto, el titular de la CESECA, contador Manuel Alberto Pérez, aseveró que “venimos de un año muy difícil, pero no avizoramos un tiempo mejor por el hecho de los congelamientos de precios, que seguramente nos volverá a perjudicar a quienes somos los últimos eslabones de la cadena”.

Agregó el dirigente, que “hay leyes naturales y leyes económicas, con lo cual, el retraso de del precio de un producto por causas extrañas al mercado, en algún momento se paga y si bien puede resultar un alivio temporario, patea para adelante la real solución e incrementa el problema”.

Explicó que el acuerdo entre petroleras y gobierno se hizo pero no resulta suficiente por la estructura financiera y tributaria que tiene el Estado nacional que todos sabemos y conocemos, basado en el déficit fiscal que debe ser encarado por un plan económico que trascienda los gobiernos de turno”.

Aseveró que “mientras se congela el precio de nuestro producto de venta, las petroleras retacearán los combustibles y los estacioneros deberemos a partir del 1 de enero, afrontar el último tramo de  los aumentos salariales sin ningún tipo de espalda financiera para hacerlo”.

Expresó que los proyectos de crecimiento son a largo plazo, mientras que la supervivencia de las Estaciones de Servicio se define en pocos días. “Quedamos en la situación de tener que afrontar todos los costos y exigencias de las petroleras y el Estado, sin ninguna actualización de la rentabilidad”, advirtió.

Finalmente Pérez dijo que las compañías desincentivan las ventas porque si no les permiten aumentar, dejan de estar interesadas en vender y el problema recae directamente sobre el operador minorista.