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La cotización del barril Brent se mantiene constante y modera los temores sobre nuevas subas en los surtidores. Surgen interrogantes sobre la conveniencia de seguir atados a referencias de paridad en lugar de aprovechar los costos internos más bajos como país productor.
El conflicto entre Israel e Irán encendieron alarmas en los mercados energéticos durante el último mes. La posibilidad de un corte en el flujo de crudo que circula por el estrecho de Ormuz —alrededor del 20 por ciento del petróleo mundial— hizo temer una escalada abrupta en los precios internacionales. Sin embargo, ese escenario crítico no se concretó y, al día de hoy, el barril Brent cotiza en torno a los 68 dólares, un valor moderado que devolvió cierta calma al sector.
En ese marco, las Estaciones de Servicio en Argentina se encuentran frente a un escenario inédito: con precios del crudo relativamente estables y un mercado interno completamente desregulado, surgen preguntas sobre la sostenibilidad y la justicia del esquema de precios al consumidor.

En diálogo con surtidores.com.ar, el ingeniero Jorge Lapeña, exsecretario de Energía de la Nación, analizó el impacto de la coyuntura internacional: “Hace apenas unas semanas vivimos una situación mundial muy complicada a raíz de los bombardeos en Medio Oriente. Se presumía un posible cierre del estrecho de Ormuz, lo cual hubiera llevado el precio del petróleo a valores insospechados. Pero eso no ocurrió, y el Brent se mantiene hoy en niveles moderados”.
Para el especialista, este momento debería ser aprovechado por Argentina como país productor. “Si el Brent está en 68 dólares, el precio de referencia local debería ser el FOB de Bahía Blanca o La Plata, que es sensiblemente menor, porque no incluye fletes internacionales y responde a nuestra estructura de costos interna”, explicó.
Además, recordó que el petróleo extraído en Vaca Muerta tiene una calidad diferente al Brent, lo que también justificaría una diferencia de precios a favor del mercado interno. “Hay que hacer una corrección por calidad, porque el crudo de Vaca Muerta tiene un valor menor. Si no hay una situación de estrangulamiento de oferta, como no lo hay ahora, no debería haber grandes ganancias extraordinarias ni subas injustificadas en el surtidor”, indicó.

La liberalización del mercado argentino, si bien permite absorber fluctuaciones de precios de manera más ágil, también deja expuestos a consumidores y Estaciones de Servicio a variables externas que poco tienen que ver con los costos reales de producción nacional. “Todo depende de decisiones políticas que se toman en otras partes del mundo”, advirtió Lapeña.
“El camino debería ser volver a mirar hacia adentro, aprovechar que somos productores y alinear nuestras referencias de precios con los costos reales de la Argentina”, concluyó.
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