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La adopción de valores fluctuantes en Estaciones de Servicio YPF de todo el país plantea nuevos retos operativos y de coordinación para los equipos de trabajo. La actualización ágil y precisa de las pizarras exige un mayor compromiso y adaptación a los avances tecnológicos, impactando en la dinámica diaria.
YPF implantó una modalidad de precios que varían según franjas horarias, buscando optimizar la oferta para los usuarios y mejorar la eficiencia en la gestión. Esta innovación, aunque busca ser beneficiosa para el consumidor, requiere que los equipos de las estaciones reestructuren sus procesos y refuercen la comunicación interna para responder con rapidez a los cambios.
En este sentido, la estación de servicio YPF “El Cruce” de San Luis ofrece un ejemplo de cómo se reorganizó el personal para hacer frente a esta transformación. Javier Paredes, gerente del lugar, detalló a surtidores.com.ar que cuando la plataforma que notifica las variaciones de precio informa un ajuste, el equipo debe modificar manualmente las tarifas en su software de gestión, dado que aún no disponen de una automatización completa para estos cambios. “Estamos trabajando en las actualizaciones necesarias para acompañar esta innovación tecnológica que impulsa YPF”, señaló.

El nuevo esquema de precios variables obligó a modificar las rutinas y roles dentro de la estación. Paredes explicó que el personal debe estar muy atento a las alertas del sistema, que indica los momentos exactos en que se aplican las nuevas tarifas. “Es fundamental actuar con rapidez para reflejar esos cambios en el surtidor y en la caja, evitando errores o desfasajes que puedan generar inconvenientes a los clientes o a la administración”, agregó.
Este proceso demanda una coordinación estrecha entre los turnos, especialmente en las horas nocturnas, cuando el sistema de carga inteligente habilita descuentos y promociones entre la medianoche y las 6 de la mañana. “Hemos observado un incremento significativo en los despachos durante este turno, lo que nos exige mayor concentración y agilidad para actualizar precios y atender la mayor afluencia de vehículos”, contó Paredes.
Más allá del aspecto técnico, la figura del vendedor de playa cobra un protagonismo renovado. “No basta con actualizar precios; el personal debe estar alerta a las variaciones, y fundamentalmente comunicarle al cliente que en ese momento puede aprovechar una baja tarifaria para llenar el tanque. Ese contacto directo genera un impacto positivo en la percepción del consumidor y fortalece la relación”, explicó el entrevistado.

Asimismo, el cierre de caja se convirtió en un indicador clave para evaluar la eficacia de la organización del equipo. “Hasta ahora, no hemos tenido inconvenientes con los cierres, porque el personal actualiza en tiempo real los valores y registra correctamente cada operación en el sistema de gestión. Eso es fundamental para mantener el control y la transparencia”, destacó Paredes.
El gerente también remarcó la importancia del compromiso humano y la comunicación interna. “El sistema tecnológico es sólo una herramienta, pero el éxito depende de la coordinación y el esfuerzo conjunto del equipo. La capacidad de observar al consumidor, transmitir la novedad y adaptarse rápidamente es lo que realmente hace la diferencia en este nuevo escenario”, concluyó.
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