“El congelamiento del impuesto a los combustibles líquidos y el impuesto al dióxido de carbono opera desde marzo de este año, a partir del cual el Gobierno comenzó a posponer la aplicación de la actualización del gravamen”, explica a surtidores.com.ar el consultor de empresas Cristian Bergmann.

El ejecutivo precisa que, si se considera la inflación publicada por el INDEC en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), “el atraso asciende al 9,2 por ciento, teniendo en cuenta sólo en el componente impositivo”.

En efecto, Bergmann sostiene que estos impuestos, de efectuarse, elevarían el precio del gasoil en 60 centavos por litro y el de la nafta en 1,41 pesos por litro.

Indica que el trimestre septiembre-noviembre toma como referencia al segundo trimestre del 2019, donde, de acuerdo al IPC, los aumentos debieran ser: para abril 3,4 por ciento; mayo 3,1; y junio 2,7.

“Para el trimestre en curso, el Gobierno decretó un congelamiento total de los dos impuestos”, señala el consultor.

Asimismo, el ejecutivo comenta que “la incidencia del impuesto sobre el precio de surtidor disminuyó 3 puntos porcentuales, debido a que en julio era (en promedio) del 19 por ciento y en la actualidad es del 16”.

Según distintos referentes del mercado, el atraso sobre los precios de las naftas y el gasoil ronda entre un 15 y 20 por ciento, ya que no sólo debe aplicarse una recomposición sobre los impuestos sino, principalmente, por el aumento del dólar.

¿Qué sucederá después del congelamiento y, más aun, de las elecciones si cambia la administración de Gobierno? La respuesta dependerá no sólo de qué suceda después del 14 de noviembre, cuando el cepo al aumento de combustibles líquidos finalice. Podría ocurrir que las pizarras sigan reguladas mediante otro decreto.

También dependerá de lo que pretenda hacer la futura gestión de Gobierno. Si es que pretenderá aplicar los atrasos en los impuestos o bien suspenderlos y achicar el desfasaje que existe hoy día.