Desde hace escasos dos días, el agotamiento o “burn out” es ahora un diagnóstico médico legítimo, según la Clasificación Internacional de Enfermedades, ICD-11 del manual de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que guía a los proveedores médicos en el diagnóstico de enfermedades.

“La justicia deberá incorporar en la Ley de Riesgos Laborales, este síndrome de estar quemado por el trabajo como integrante en el listado de enfermedades profesionales, pero aún faltarían dos avances significativos que deberán seguir el mismo camino como el estrés laboral y el hostigamiento o violencia laboral”, indicó a surtidores.com.ar, el ex Coordinador del Programa Nacional de Salud, DDHH y Riesgos Psicosociales en el Trabajo del Ministerio de Salud de la Nacional, Lic. Marcelo Caputo.

Agregó quien además es Investigador Categorizado CONICET, que si bien los diferentes trabajos traen asociados distintos tipos de riesgo, hay algunos oficios más proclives a situaciones problemáticas, como ser en el caso de los empleados de Estaciones de Servicio, en quienes se enumeran los riesgos a nivel físico en primera instancia, como la inhalación de gases tóxicos o exposición a temperaturas ambientales.

“Pero en lo que respecta a la organización del trabajo en sí mismo, referido a los riesgos psicosociales, se destaca la aplicación de los turnos rotativos, que pueden producirse en algunas empresas del sector, hecho que está probado científicamente que afecta a la interfaz trabajo –familia, en el aspecto psico fisiológico”, explicó Caputo.

Aseguró el integrante de la Federación Mundial de Salud Mental que esto se relaciona con el impacto que los efectos de una situación irregular pueden aparejar de manera negativa en la relación de la dinámica de los integrantes del grupo familiar del empleado de una playa de carga o un minimercado de conveniencia.

“El estrés laboral que se vincula a ciertos factores como la sobrecarga de tareas, las excesivas exigencias al momento de realizarlas o la falta de autonomía sobre los procesos laborales que se llevan adelante día a día, son muy comunes en el comercio de combustibles”, expresó.

Detalló que en una pequeña organización como el caso de la expendedora, los empleados pueden tener vínculos violentos o de nivel de maltrato, entre pares, o con los patrones, a lo que se suma la violencia con que pueden enfrentarse al momento de atender algún cliente que la ejecuta.

Destacó también el estrés permanente que genera el temor a la inseguridad delictiva, que mantiene en vilo a los trabajadores especialmente durante el turno de la noche y en zonas donde la Estación de Servicio suele ser el único comercio abierto al público.

“Si ampliáramos nuestro foco a lo que es el rubro petrolero en general, existe una problemática muy fuerte y presente en los lugares de trabajo, especialmente, el alcoholismo, como regularizador del estado de ánimo, hecho que no debe ser factor condenatorio, sino que requiere un compromiso de las compañías petroleras en el tratamiento y contención del afectado y su familia”, finalizó el psicólogo forense.