Esta coyuntura, generó un horizonte entre los fabricantes de equipos de gas para automóviles, por el hecho de que la imposibilidad del ciudadano medio de cambiar su unidad usada por otra nueva, aumentó las consultas en los talleres de conversión.

De esta manera, uno de los obstáculos más comunes por los cuales los usuarios descartan “pasarse a GNC”, lo constituye la garantía de fábrica que pierde vigencia cuando se instala un equipo.

Pero es allí donde los consumidores ponen en la balanza el precio de las naftas que esta semana volverá a dispararse y la posibilidad de acceder al tubo de gas en hasta 18 cuotas sin interés.

“Si con menos costos, el auto cumple la misma función, sería ideal para el automovilista que no puede renovar su vehículo, acceder a la oportunidad de ahorrar dinero mediante el uso del Gas Natural Comprimido”, aconsejó en diálogo con surtidores.com.ar, el Presidente de la Cámara de Equipos de GNC, Horacio Magraht.

El empresario agregó que “con los constantes aumentos de los combustibles líquidos, la curva de conversiones, sigue elevándose y aunque en noviembre descendió levemente, como pasa históricamente en esta época del año, se promedia unos 15 mil autos por mes que se pasan al GNC”.

En relación a la campaña publicitaria que fomenta la frase “Pasalo a Gas” y que tiene su punto más llamativo en el centro porteño, mediante un cartel luminoso a metros del obelisco, se mostró confiado en el golpe favorable que causa en la opinión pública para captar nuevos clientes.

Finalmente recalcó que “fueron los fabricantes quienes absorbieron los costos causados luego de la gran devaluación que dejó el tipo de cambio en más de 60 pesos, porque si bien los componentes son en gran parte importados, la mano de obra es nacional”.

Informó que luego de los hechos económicos post PASO, un equipo estándar que costaba 40 mil pesos, solamente se actualizó hasta llegar a los 45 mil, es decir, “muy por debajo del costo dolarizado”, sentenció Magrath.