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En una industria históricamente dominada por grandes marcas, las petroleras alternativas encontraron su diferencial en la cercanía y en la relación personalizada con los integrantes de la red de operadores.
En un escenario de competencia feroz, las banderas de menor volumen de mercado mostraron que se puede crecer con propuestas basadas en identidad, confianza y adaptación. Durante el mega evento que reunió a los protagonistas del sector estacionero, estas compañías reivindicaron que el éxito comercial en el interior del país comienza por escuchar y conocer a quienes viven allí. Y en eso, las Estaciones de Servicio son mucho más que negocios, convirtiéndose en parte del entramado social.
“El secreto está en entender la comunidad donde operamos”, afirmó Hugo David, director de DAPSA, durante su exposición en la Cumbre. Su empresa empodera a los operadores locales dándoles visibilidad en la propia cartelería de las estaciones, una apuesta a reforzar el lazo emocional con los clientes. Además, destacó las inversiones en infraestructura, el cumplimiento riguroso de contratos y una política de renovación que refuerza la credibilidad en zonas donde la confianza es clave.
Desde Gulf, Eduardo Torrás detalló que la estrategia de la compañía se apoya en tres pilares fundamentales: el respaldo de una marca internacional reconocida que facilite la identificación en zonas alejadas, la inversión constante en experiencia del cliente —a través de herramientas como Entity Outworks y la gestión 360—, y una logística flexible que permite precios competitivos similares a los de YPF, incluso en regiones poco accesibles.
Por su parte, Osvaldo Valsangiacomo, gerente de Voy con Energía, recordó que la empresa fue la primera en presentarse como red low cost. “Queremos llegar al operador con el menor costo posible y un esquema de productos que permitan brindar el mejor precio del mercado”, dijo, destacando que el beneficio es compartido entre estacioneros y consumidores.
Ignacio Riccomi, gerente de Retail de Wico, aportó una visión desde la transformación empresarial. “Éramos una productora de combustibles y decidimos dar el salto al negocio de estaciones. Nuestra fuerza está en la adaptabilidad: desarrollamos propuestas distintas según cada comunidad del interior del país, porque entendemos que no hay una única receta”, expresó.
El caso de Refinor mostró una perspectiva más desafiante. Según su gerente Leandro Carbone, la compañía aún atraviesa un proceso de reestructuración iniciado con la pandemia. Con la operación de la refinería en Campo Durán suspendida por inviabilidad económica, hoy apuestan al desarrollo logístico desde un centro en Tucumán y a capitalizar sus recursos en gas y su infraestructura regional. “Es un mercado complejo, pero seguimos apostando”, resumió.
Ante un auditorio colmado de referentes del ámbito de los combustibles, todos los participantes coincidieron en que el autoservicio es uno de los cambios más disruptivos del momento. Sostuvieron que la tendencia, ya consolidada a nivel global, exige adaptaciones en los sistemas, nuevas tareas para los controladores y una reeducación de los consumidores, especialmente en las regiones donde el trato personalizado aún es norma.
Finalmente, los expositores destacaron también el valor social y económico que las Estaciones de Servicio tienen en las comunidades del interior. “No se trata sólo de puntos de expendio de combustible, sino de espacios de encuentro, motores laborales y articuladores económicos locales. En estos pueblos, la cercanía deja de ser eslogan para convertirse en una realidad vital”, concluyeron.
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