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La inclusión laboral de personas con discapacidad empieza a consolidarse en el sector, impulsada por cambios culturales, adecuaciones edilicias y programas que demuestran que la integración también mejora los equipos de trabajo.
Las Estaciones de Servicio comienzan a transitar un camino de mayor inclusión laboral, acompañando iniciativas legislativas que impulsan una participación más equitativa de las personas con discapacidad en el mercado de trabajo. En un sector históricamente asociado a tareas operativas exigentes, el enfoque comienza a ampliarse hacia nuevas funciones administrativas, tecnológicas y de atención al cliente que pueden abrir puertas a una integración más plena.
Las operadoras de combustibles se convirtieron en una de las actividades con mayor potencial para impulsar la inclusión laboral de personas con discapacidad. Con presencia en cada localidad del país y una fuerte interacción cotidiana con miles de usuarios, la red de expendio busca consolidarse como un espacio accesible y generador de oportunidades reales.

El reconocimiento de los derechos laborales de las personas con discapacidad y la adaptación de espacios en distintos puntos del país ya forma parte de la agenda de las Cámaras y sindicatos del sector. Rampas de acceso, sanitarios acondicionados y una mirada más atenta a la accesibilidad se suman a un proceso que avanza con la fuerza de la normativa y de la concientización social.
En este contexto, también se analiza la posibilidad de articular beneficios impositivos para que los estacioneros puedan cubrir costos de adecuaciones edilicias y capacitaciones, generando un círculo virtuoso que favorezca la contratación. Desde el sector admiten que la transición requiere tiempo, inversión y acompañamiento del Estado, pero destacan que el cambio cultural ya se instaló.
Allí se inscribe el trabajo de referentes como Analía Salguero, dirigente estacionera de la Cámara de San Juan e impulsora del programa “Empleo con Apoyo”, quien celebró “que más empresarios se animen a apostar por la inclusión, porque es ganar-ganar para las dos partes”. En diálogo con este medio, afirmó que el programa ha sido “superexitoso”, y explicó su funcionamiento: se contrata a través de la institución ARID, “una especie de consultora que acompaña al empresario y a los trabajadores formados en escuelas especiales para que adquieran las consignas y el hábito del trabajo”.
Salguero remarcó que este proceso no sólo genera empleo, sino también un fuerte impacto emocional y humano dentro de los equipos: “Tiene de vuelta algo humano muy lindo que vale poner en la balanza”. Y enfatizó que la verdadera evolución empresarial también implica adaptar la cabeza: “Así como nos acostumbramos a los cambios tecnológicos y a la inteligencia artificial, debemos acostumbrarnos a convivir con nuestras diferencias”.

“La inclusión laboral no es simplemente incorporar a una persona al trabajo, sino garantizar que pueda desarrollar sus capacidades con igualdad de oportunidades”, explicó la Presidenta de la Asociación Civil para la Integración Social, Mónica Bianchi, en diálogo con Surtidores. Con una extensa trayectoria en la temática, sostuvo que el sector estacionero tiene un enorme potencial porque es un servicio esencial y de alta visibilidad en cualquier comunidad. “Las Estaciones de Servicio pueden ser un ejemplo: son lugares de paso pero también de encuentro. Si están preparadas para recibir y emplear a personas con discapacidad, envían un mensaje directo a toda la sociedad”, afirmó.
La exdirectora del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires subrayó también que la verdadera inclusión no se limita a cumplir un cupo legal, sino a generar condiciones laborales adecuadas, accesibilidad plena y formación específica para garantizar un desarrollo profesional genuino. Y destacó que las iniciativas parlamentarias en estudio permitirán “construir un entorno más justo y equitativo para todas las personas”.
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