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Un informe elaborado por la consultora Montamat y Asociados revela que la reciente inestabilidad del dolar volvió a generar un desfasaje, reabriendo la discusión sobre el atraso relativo en surtidores.
Según un estudio realizado por la consultora Montamat y Asociados, las naftas grado 2 habían mostrado en los últimos meses una tendencia a converger con sus costos de importación, acompañando así cierta estabilidad del tipo de cambio. Sin embargo, en los últimos días esta dinámica se revirtió. La mayor volatilidad cambiaria generó un nuevo alejamiento de la paridad, aunque la intervención del Gobierno y el apoyo financiero de Estados Unidos trajeron algo de calma que permitió recomponer parcialmente las cotizaciones del dólar.
Pese a esa corrección, los precios promedio en surtidor volvieron a quedar por debajo de los valores de referencia internacionales. Esta situación evidencia lo difícil que resulta sostener un sendero de convergencia en un contexto de incertidumbre cambiaria, donde cada movimiento brusco del dólar repercute de manera inmediata en la estructura de precios internos de los combustibles.

El informe remarca que, al comparar los valores locales con los de la región, el escenario es heterogéneo. En el caso de las naftas grado 2, Argentina se encuentra en línea con Brasil, pero sus precios se ubican por debajo de los de la mayoría de los países vecinos, que sí aplicaron ajustes en las últimas semanas para reflejar la evolución internacional del crudo.
En este marco, los analistas advierten que habrá que observar cómo se acomodan los parámetros internacionales en los próximos días. La nueva política de precios anunciada por YPF también agrega un factor de incertidumbre, ya que podría derivar en varios incrementos durante el mes para recuperar parte del atraso acumulado en el mercado local.

El gasoil, en cambio, muestra un retraso aún más marcado. Según el ejercicio realizado por la consultora, tomando como base un tipo de cambio estimado en 1.420 pesos por dólar y un Brent de 67,21 dólares por barril, el desfasaje asciende al 9 por ciento respecto de la paridad de importación. Aunque las cifras no están completamente cerradas, el informe confirma que la brecha en gasoil es más relevante que en el caso de las naftas.
Aun con esa diferencia, los precios del gasoil en la Argentina se ubican en línea con los de Brasil, Perú y Chile. Esto refleja que, más allá del atraso frente a la paridad de importación, el país todavía mantiene un nivel competitivo en relación con algunos de sus principales socios comerciales y vecinos de la región.
La comparación se vuelve aún más llamativa cuando se consideran los precios netos de impuestos. Bajo ese parámetro, el gasoil argentino resulta más caro que el de Brasil, aunque sigue siendo más barato que el del resto de los países latinoamericanos. Este matiz revela la importancia de la carga impositiva en la formación del precio final y el peso que tiene la estructura tributaria en la competitividad regional.

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