Su responsabilidad abarca a su personal a cargo, a la gestión administrativa y comercial, al correcto aprovisionamiento, la gestión de stocks y la apropiada operación dentro de los parámetros de seguridad e higiene.

Con relación al personal, su función comienza con una adecuada selección. A partir del referido proceso, deberá integrar el equipo de trabajo, motivándolo mediante una efectiva comunicación desde de su posición de liderazgo. El será el mandatario de ofrecer solución a los problemas surgidos del quehacer cotidiano y el encargado de planificar, organizar y controlar la operatoria que redunde en mayores beneficios para su negocio.

Con referencia a la planificación de la gestión comercial, el operador deberá fijar objetivos a alcanzar en distinto plazos temporales, estableciendo estrategias para concreción de los mismos. Será quién intentará dar solución en última instancia a los reclamos de los clientes y comprobará in situ el grado de atención y el nivel de satisfacción de los mismos.

Ya que deberá estar al tanto del accionar de la competencia y las tendencias del mercado, contará con las herramientas necesarias para captar nuevos consumidores, direccionando acertadas acciones promocionales.

El operador de la Estación de servicio tendrá a su cargo además la ardua misión administrativa, tan necesaria en los tiempos actuales. Para llevarla a cabo en forma correcta, se deberá apropiar de informes periódicos que indiquen la evolución del negocio, controlar el comportamiento de las cuentas corrientes si las hubiera, (forma y plazos de pago) y llevar una  minuciosa gestión contable y bancaria y establecer controles de stock que le permitan planificar el aprovisionamiento de suministros con absoluta seguridad.

Estos items enumerados aleatoriamente, son sólo algunos pocos de los que el operador realiza diariamente. Su capacidad de liderazgo le permite identificar los problemas, buscarle una solución y resolverlo sin necesidad de recurrir a terceros.