El “shock emocional” esgrimido por una operaria de una estación de servicio a causa de ser responsabilizada por diversos faltantes de caja y mercaderías, no fue para la justicia motivo razonable de indemnización en una causa de despido.

Así lo dictaminó la Cámara Nacional de Apelaciones de Trabajo Sala I en la sentencia definitiva Nº 89.051, causa 52.692/10, en la cual la recurrente resalta las conclusiones de una pericia médica y los testimonios aportados a la causa para justificar su insistencia para obtener una reparación de la minusvalía psíquica que dijo padecer como consecuencia del trabajo.

La demandante invocó que sufría hostigamiento de sus jefes, quienes habrían llegado a responsabilizarla por el faltante de caja y de mercaderías, que ello le provocó un “shock emocional” mientras se hallaba embarazada, lo cual la habría desestabilizado, de lo cual no se habría podido recuperar ya que continúa con tratamiento psicológico.

Según sus propias palabras su superior había estado de viaje y a su regreso detectó un faltante de dinero de la caja fuerte, hecho respecto del cual la entrevistada refirió haberse sentido responsabilizada, aunque dos semanas después del hecho quien estaba al mando, renunció.

La actora manifestó haber quedado a cargo de la estación hasta que la llegada de un nuevo administrador, con quien se sintió “más cómoda”, aunque expresó que meses más tarde se produjo un nuevo incidente con un faltante de dinero, por lo que sufrió un pico de stress que derivó en una licencia por enfermedad.

Los magistrados, si bien admitieron que la empleada de acuerdo a la pericia médica padecía una incapacidad, afirmaron que de la evaluación de los dichos de los testigos, el relato de la demanda y el informe remitido por el Centro Privado de Psicoterapias donde fue atendida durante la vigencia del vínculo laboral, no guardaba relación con su actividad, desestimando el argumento del reclamo.