La cámara que representa a las estaciones de servicio de Chaco consiguió que el Rotary club done un proyector y una pantalla a la División de Bomberos de la Zona Metropolitana para que desarrolle tareas de capacitación en materia de seguridad. La idea es que los empleados reciban información y asesoramiento por parte de los expertos en incendios
La semana pasada en la Ciudad de Resistencia se hizo entrega a la División de Bomberos de la Zona Metropolitana de una pantalla y un proyector adquirido por la Cámara de Expendedores de Combustibles y Afines del Chaco como gestión de donación del Rotary Club de Resistencia, para impulsar la difusión de material audiovisual con contenidos didácticos sobre prevención, seguridad personal y patrimonial de la ciudadanía en su conjunto, concientización de las normas de tránsito y técnicas de procedimiento ante accidentes en las estaciones de servicio.
Miguel de Paoli, presidente de CECACH, se mostró muy satisfecho con la iniciativa. “La capacitación en temas de seguridad es un capítulo muy importante de nuestro sector y contar con la colaboración de los bomberos en distintas actividades didácticas de prevención y procedimiento en casos de siniestros en el transporte y la carga de combustibles constituye una buena inversión para ahorrar en riesgos y minimizar los daños ante tales desgraciadas circunstancias”, manifestó.
Por su parte, el dirigente felicitó al departamento de bomberos de la región “por el importante compromiso de difundir su conocimiento y experiencia”. Destaca la necesidad de que los empleados sepan cómo actuar ante situaciones que demanden urgencia y decisión como en un incendio.
El empresario señala que “la expectativa de CECACH y Rotary Internacional es poder materializar un proyecto similar para la Ciudad de Resistencia en una primer etapa y luego implementar otros proyectos similares en otras localidades de Chaco”.
Parafraseando a los próceres nacionales, De Paoli manifestó: “dijo Sarmiento, hay que educar al soberano” refiriéndose al pueblo. Él seguía los conceptos de aquel fogoso secretario de la primera junta de 1810, Mariano Moreno, que decía que “si los pueblos no se ilustran, si no se vulgarizan sus derechos, si el hombre no sabe lo que vale, lo que tiene y lo que se le debe, nuevas ilusiones sustituirán a las viejas y será su suerte, tal vez mudar de tiranos sin destruir la tiranía”.
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