“Actualmente la planta no produce y no sabemos las consecuencias que esto pueda traer en materia de abastecimiento”, advirtió el líder sindical Rubén Pérez, quien se lamentó porque desde que YPF se hizo cargo de los tanques, despidió a 400 trabajadores que no pudieron reinsertarse laboralmente.

Consideró que la puesta en marcha de la planta es de vital importancia para el autoabastecimento de combustibles y reclamó que los empleados despedidos vuelvan a sus puestos de trabajo, porque según el sindicalista, “no obedece a problemas técnicos o empresarios, sino que es una cuestión política y mediática que dejó a las familias de la zona en el medio de un conflicto que no son parte”.

Recalcó el gremialista que desde el mismo momento que YPF se hizo cargo, vienen diciendo que existe una intencionalidad en el vaciamiento de la empresa para su desmantelamiento como refinería y convertirla en una planta de almacenamiento y distribución de naftas importadas.

“Acá hay un proyecto energético muy claro que está en el ADN de este gobierno y que no contempla que el Estado intervenga para salvar a la empresa“, agregó el sindicalista. En ese mismo orden de cosas, planteó que “difícilmente la refinería vuelva a reactivarse”.

EMPRESAS DE BIOCOMBUSTIBLES EN CRISIS

En otro sentido, comunicó que ya son más de diez las plantas pymes productoras de biocombustibles que están cerrando sus puertas en la zona de influencia del gremio, porque se ven acosadas por el aumento de los costos y el tope del gobierno al precio final del producto.

Advirtió que están preparando las acciones necesarias y posibles para que el sector de los Biocombustibles no corra la misma suerte que la refinería y no descartó paros y movilizaciones que influyan sobre el componente de corte para las naftas al consumidor final.