Resolución 174
Expendedores y los técnicos del sector consultados aseguran que le cabe al Ministerio de Energía volver a definir con claridad los parámetros para no resignar rentabilidad
Está científicamente comprobado que los cambios de temperatura del ambiente, influyen directamente sobre el volumen de los gases y los componentes de los hidrocarburos, que en el caso de las naftas y el gasoil, tienen consecuencias directas en el balance comercial de las operaciones de las Estaciones de Servicio.
Antiguamente, las autoridades habían tenido en cuenta estas propiedades físicas por las cuales, las moléculas de los combustibles se contraen con el frío y se dilatan con el calor y por lo tanto, influyen en el momento de transporte, carga y descarga de los fluidos.
Es por ello, que en los años 80, la entonces Secretaría de Energía tras los reclamos insistentes de las cámaras de expendedores, emitió la conocida Resolución 174, que establecía un sistema de “corrección volumétrico”, para compensar las modificaciones que afectaban a la relación comercial entre petroleras y operadores.
Pero durante el menemismo, cuando se desreguló el mercado petrolero, dicha pauta fue derogada junto con otros conceptos en los que el gobierno intervenía en el precio final de los combustibles al surtidor.
De esta manera, regresó el viejo problema que hasta hoy sufren los expendedores, ya que, durante los movimientos de nafta y gasoil desde el depósito al camión, se producen importantes diferencias entre lo facturado y la verdadera cantidad de producto comprado o vendido.
“Es preciso volver a definir los parámetros de acuerdo a las normas técnicas que están vigentes”, expresaron los consultados a surtidores.com.ar y coincidieron en que de esta forma se reconocerán a favor del estacionero, una importante cantidad de litros de combustible vendido que contribuirán a mejorar la escasa rentabilidad que actualmente se percibe como minorista.
Los empresarios del sector confían en que, de aprobarse el regreso de la Resolución 174, el Estado Nacional, reconocerá a la actividad de las bocas de expendio como uno de los eslabones de la cadena de los combustibles que más empleo otorga y que de manera indirecta también contribuye a mejorar los márgenes de los consumidores en momentos de precios cada vez más elevados.
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