Los datos oficiales mostraron que por primera vez en tres años, había descendido la cantidad de nafta súper consumida por el grueso de la población, con el agravante de que este fenómeno se produjo durante agosto, el mismo mes en que se implementó la medida gubernamental de impedir los aumentos en surtidor.

Sobre este dilema, el titular de la Consultora Focus Market, explicó a surtidores.com.ar que “no es sorprendente el dato, porque si lo analizamos desde el punto de vista del consumidor, sabemos que la utilización del automóvil particular ha descendido notablemente”.

Agregó que “resulta una decisión bastante racional, porque se dio durante un período en que los pasajes de transporte urbano se mantienen congelados, contra los constantes aumentos de los combustibles que se dieron durante un año entero”.

Di Pace relativizó el efecto del Decreto 566/19 al cual calificó de “pseudocongelamiento” porque finalmente se actualizó un 4 por ciento el combustible al consumidor final y más de un 15 a nivel mayorista.

El especialista en temas de consumo explicó también que como la nafta súper se utiliza para la movilidad particular y familiar, la realidad es que hoy por hoy, se restringió al mínimo el uso del auto.

Pero aclaró que “por más que no aumente el precio de la nafta, el consumidor en lo inmediato no va a optar por volver al uso del automóvil, ya que a medida que haya menos inflación, centrará sus prioridades en los productos de primera necesidad cuando pueda empezar a recuperarse en su poder adquisitivo”.

No obstante, alertó que “los gastos hogareños no dejaron de incrementarse a pesar de que se haya congelado el combustible y los costos fijos de mantener un automóvil también se actualizaron como el caso del seguro, el garage, las patentes y otros ítems”.

Di Pace comentó finalmente que el litro de nafta en general estuvo en el valor de un dólar y ahora se ubicaría casi en ese rango, pero a pesar de eso, las empresas del sector creen que aún está retrasado un 20 por ciento, en relación a los costos que tienen.