Todos los años, los expendedores deben justificar ante la Secretaría de Energía que cumplen con todos los requisitos de seguridad para poder vender combustibles en el mercado nacional. Las más efectivas en los controles son aquellas que los operadores tienen contratos con las petroleras, en cambio las estaciones blancas son las que en mayor frecuencia tienen alguna infracción que puede generar riesgos. De todas maneras, las inhabilitaciones para vender combustibles son muy pocas.

Baltic es una de las principales auditoras del mercado. Tiene convenios con universidades nacionales del país a las cuales les brinda información acerca del estado de las estaciones de servicio y realiza informes en caso de estas no estar en condiciones de expender combustibles.

“Principalmente fiscalizamos la seguridad en torno a la cantidad y calidad de combustibles y las instalaciones edilicias del negocio”, explicaron desde la auditora Baltic. “Evaluamos si funcionan correctamente toda la infraestructura: cartelería necesaria, las rejillas perimetrales y las que contienen los derrames de combustibles, el estado de los tanques, circuitos, cañerías, etc”.

“La información la recibe la Secretaría de Energía quién toma conocimiento de la situación y dictamina los pasos a seguir con los operadores”, comentaron en la auditora.

En general, la estadística muestra que las bocas del interior del país son las que con mayor frecuencia se encuentran fallas que no cumplan con las normas de seguridad y calidad que el Estado exige. “Las estaciones de servicio independientes realizan un gran esfuerzo para poder responder a las normas de seguridad porque no cuentan con gran rentabilidad pero terminan cumpliendo con la normativa a duras penas”,  expresaron finalmente directivos de Baltic.