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El ministro de Economía Luis Caputo, adelantó que presentará un paquete de medidas para simplificar impuestos y fomentar la contratación formal. Especialistas advierten que aún no hay proyectos concretos ni señales de alivio fiscal.
El anuncio del ministro de Economía Luis Caputo, sobre una ambiciosa reforma laboral y tributaria despertó expectativas en buena parte del empresariado, especialmente entre las pequeñas y medianas empresas y los operadores de Estaciones de Servicio, que hace tiempo reclaman previsibilidad, alivio fiscal y un marco laboral más flexible. Sin embargo, detrás del entusiasmo inicial predomina la cautela.
En relación a la reforma laboral, Caputo manifestó durante el 61 coloquio de IDEA, que Argentina cuenta con “un régimen laboral arcaico, rígido, imprevisible”, y se dirigió directamente a los empresarios: “Ustedes son los primeros que lo padecen, y razón por la cual el empleo no crece desde el 2011. Todos ustedes saben mejor que yo las dificultades que genera contratar gente, en particular para las PyMES, que a veces tener que despedir a alguien puede simplemente hacer que tengan que cerrar su empresa o su emprendimiento”. Aseguró que el país necesita “un régimen laboral más ágil, más dinámico y que termine con la industria del juicio”.

Además, el ministro confirmó la decisión de avanzar con una reforma tributaria que incluirá “la eliminación de muchos impuestos, la baja de otros e importantes incentivos para desarrollar el ahorro interno”.
Al respecto, el abogado especialista en Estaciones de Servicio, Francisco Turzi,, titular del Estudio de Abogados Turzi, señaló a Surtidores que “más allá de los anuncios, lo cierto es que las medidas siguen siendo promesas. Ninguna de las anticipadas por el Ejecutivo tomó forma de proyecto con recorrido legislativo, y el Congreso sigue siendo el paso ineludible para cualquier cambio real”.
Turzi agregó que, mientras tanto, “el 35 por ciento del Impuesto a las Ganancias sigue firme, se suman gravámenes a las billeteras virtuales, y las PyMES del sector continúan cargando con una estructura impositiva y regulatoria asfixiante”.

Para los dueños de Estaciones de Servicio, el escenario actual es doblemente complejo: deben afrontar la caída del consumo y un esquema impositivo que no ofrece alivio ni estabilidad. En ese contexto, las reformas anunciadas —sin proyectos, sin debate y sin respaldo normativo— parecen más un gesto electoral que una política económica en marcha, según el letrado.
“Si las transformaciones se intentan por vía reglamentaria o parcial, la inseguridad jurídica y la falta de confianza seguirán siendo los verdaderos obstáculos para invertir, contratar y crecer en el negocio del combustible”, subrayó Turzi.
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