Con el fin de luchar contra los frecuentes picos de contaminación del aire y sus consecuencias nefastas para la salud, la alcaldesa de París reveló un plan que prevé, entre otros, prohibir los vehículos diesel de aquí al 2020.

“Tenemos que actuar con rapidez y con fuerza porque se trata de un problema de salud pública”, dijo la socialista Anne Hidalgo, al lanzar su plan para salvar el aire capitalino. En la ciudad luz, los índices de contaminación del aire son a menudo altos, lo que costaría a los ciudadanos entre 6 y 7 meses de vida, según la municipalidad.

Para justificar la medida, el consejero municipal encargado de los temas de salud, Bernard Jomier, agregó argumentos un tanto más dramáticos. “Hay niños enfermos, asmáticos, la multiplicación de los accidentes cardiovasculares por la contaminación del aire se ha demostrado, casos de cáncer, enfermedades respiratorias, neurológicas, etc”, explicó,

Cada año 42 000 personas mueren prematuramente a causa de la contaminación del aire en Francia.  “Se trata de un problema de salud pública mayor, del mismo orden que el tabaquismo por ejemplo”, subrayó Jomier.

Es por ello que París quiere prohibir, de aquí al 2020, los vehículos diesel. La diferencia entre la nafta y el gasoil es sustancial. El diesel emite más partículas finas y más NO 2, un gas contaminante. En Francia en particular pero también en Europa, el parque de vehículos diesel ha aumentado mucho en los últimos años. Por ventajas fiscales y porque se considera que gastan menos y duran más. En 2012, los autos representaban un 60 por ciento del parque automotor francés (contra un 38 en 2002).

Se trata sin dudas de  cambio de costumbres al que los habitantes de la región parisina parecen dispuestos. Según una encuesta reciente, para un 84 por ciento de ellos, luchar contra la contaminación del aire es prioritario y un 54 se dice favorable a la prohibición de los vehículos diesel de aquí al 2020.

En Argentina no se consiguen

Durante décadas, nuestro país fue el principal consumidor de autos diesel de América Latina. Sin embargo, terminando el 2013, el panorama es prácticamente el inverso. La participación de autos gasoleros en el mercado argentino es la menor de la historia (cayó del 39 al 3,3 por ciento en los últimos diez años.

La fuerte caída de la oferta de este tipo de vehículos en la Argentina se debió a una combinación la recarga impositiva que recibió este combustible en los últimos años, al auge del GNC para quienes buscaban una alternativa económica, a la mercosurización del mercado con un Brasil que no puede vender estas motorizaciones y a las fallas mecánicas que se produjeron con los motores Euro 4/5 que durante la primera parte de la década pasada se vieron obligados a funcionar con diesel Grado 2 o inferior, según las conclusiones del foro.