Por primera vez en la historia a principio del año pasado las ventas de naftas superaron a las de diesel en las bocas de expendio. En parte, fue una de las reacciones del mercado minorista por la creciente producción de autos nafteros: según datos de las cámaras empresarias del rubro en 2006 el 40 por ciento de los rodados que se comercializaron se abastecían con gasoil, mientras que en 2013 la cifra bajó al 4 por ciento.

De todas maneras, para los estacioneros se agregan otros motivos. Luis Malchioldi, presidente de la Federación de Expendedores de Combustibles (FEC) opinó al respecto: “hay un fuerte avance de las petroleras en la atención de los clientes mayoristas que hace inviable para las estaciones competir en igualdad de condiciones”.

Sosteniendo la idea, el empresario de la Provincia de Buenos Aires señala que son muy pocos los expendedores minoristas que en la actualidad cuentan con camiones cisternas propios para distribuir gasoil a los productores agropecuarios y empresas de transporte. “Teniendo camiones se puede entregar a clientes mayoristas pero ahora en general las estaciones tratan de darle el transporte a un tercero”, explica.

Malchioldi agrega que en la última década las bocas de expendio sufrieron serios inconvenientes con el suministro, por condicionamientos de los proveedores y desacertadas políticas energéticas, situación que desencadenó en una merma de los despachos a consumidores de altos niveles de consumo. “Las petroleras y distribuidores se aprovechan de la necesidad de la gente y ponen los precios que les parece, total no los publican y nadie les dice nada”, cuestiona el dirigente.

En Buenos Aires Malchioldi calcula que cayeron las ventas de diesel un 20 por ciento por cuestiones propias de la economía. “El gasoil es un producto que está directamente relacionado a la producción”, sostiene.

Por lo tanto, hasta tanto no se recuperen las principales actividades – construcción, automotriz y la industria en general – no ve un escenario alentador para las bocas de expendio.