COP 28: Un vistazo a la transformación energética y su impacto en las Estaciones de Servicio

En la reciente Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Dubai (COP 28), representantes de todo el mundo se reunieron para discutir medidas cruciales en la lucha contra el cambio climático.

Martín Dapelo y Marcelo Álvarez, referentes de la Cámara argentina de Energías Renovables (CADER) compartieron con surtidores.com.ar sus perspectivas sobre cómo estas decisiones afectarán a la industria.

La COP 28 comenzó con anuncios importantes, incluida la creación del Fondo de Pérdidas y Daños. Sin embargo, las tensiones surgieron en las discusiones sobre la reducción y eliminación de combustibles fósiles.

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“Países productores como Argentina se enfrentan a la presión de reducir el consumo, mientras que otros, especialmente de Europa, abogan por la eliminación total”, expresó Dapelo.

Finalmente, los documentos acabaron por usar el concepto “face down” (referente a la reducción), frente al “face out” (sobre eliminación).

En cuanto al papel de Argentina en la COP, sus representantes firmaron junto a otros 117 países, un compromiso para triplicar las energías renovables en la generación eléctrica y duplicar la eficiencia energética para 2030.

“Eso no tiene un correlato directo a la reducción de combustibles fósiles para la movilidad, lo que va a tener en el mediano plazo es todas las políticas de descentralización, diversificación, digitalización y descarbonización que tienden hacia una reducción de los fósiles líquidos”, detalló Álvarez.

Por su parte, Andrea Heins, exfuncionara de Eficiencia Energética opinó, en diálogo con este medio que “la eliminación de combustibles fósiles no es algo que va a ocurrir en corto plazo, sino en los próximos 30 o incluso 40 años, como máximo”.

Uno de los principales acontecimientos fue el acuerdo que firmaron varias petroleras a nivel global de eliminar las emisiones de metano al 2030 y de eliminar las emisiones de sus operaciones al 2050.

“No es lo mismo que eliminar los combustibles fósiles, ¿no? Lo que dicen es ‘vamos a seguir produciendo, pero reduciendo las emisiones propias, las que podemos manejar, no las que son producto del uso de los combustibles’”, explica Heins.

Esto quiere decir que se reducirán las emisiones producto del uso de energía para las propias operaciones, que representan el 8 por ciento de las emisiones a nivel global.

De Argentina firmó YPF, que representa el 50 por ciento de las operaciones, y varias empresas internacionales que se encuentran en Argentina, como Shell, Exxon y Chevron, agrega la ex funcionaria.

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EL NUEVO ROL DE LAS ESTACIONES DE SERVICIO

Heins destacó la evolución que han experimentado en los últimos años las Estaciones de Servicio y señala que estas dejaron de ser simplemente proveedoras de combustible para convertirse en actores clave en la transición hacia una nueva matriz energética.

Por otra parte, enfatizó que estas transformaciones están vinculadas a las necesidades cambiantes de los conductores y a la creciente conciencia sobre la sostenibilidad.

Sobre el tema de los cargadores eléctricos, Heins reconoció que su implementación dependerá de la oferta y la demanda, especialmente a medida que aumente la circulación de vehículos eléctricos aunque sostuvo que “será clave la importancia de resolver cuestiones regulatorias”.

Marcelo Álvarez, por su parte, describió que la movilidad eléctrica crecerá rápidamente, tanto para transporte de pasajeros como para los de mercancías de corta y media distancia.

“Distinto es para los pesados que, por ejemplo, en Argentina los camiones con fósiles tienen todavía un horizonte de medio a largo plazo”, agregó el referente de CADER.

Por último, Heins mencionó que “la movilidad eléctrica es solo uno de los aspectos de la transición”, por lo que otros tipos de combustibles limpios podrían desempeñar un papel importante en la transformación energética.

En este sentido, desarrolla que aunque, actualmente, hay biocombustibles en las mezclas de combustibles con el porcentaje establecido por ley, debe existir la posibilidad de que en el futuro, los consumidores tengan opciones más flexibles en cuanto a la proporción de biocombustibles que deseen utilizar, tal como ocurre en Brasil, por ejemplo.