A medida que se acerca el día de la elección, el velo sobre la política energética de un posible gobierno del Frente de Todos, comienza a correrse y se confirma la intención regulatoria del mercado de los hidrocarburos.

“Antes de la liberalización realizada durante la gestión de Aranguren, el Gobierno siempre reguló el precio de los combustibles. A modo de ejemplo, ante la caída del precio internacional del petróleo, se decidió sostener un precio del barril en el mercado interno como incentivo para incrementar la producción en el país, dado que se importaba energía y esto traía un gran déficit comercial”, dijo a surtidores.com.ar la Licenciada Gisela Veritier.

Afirmó que el argumento utilizado fue que de otra manera, caerían las inversiones en el sector y se vería afectado el empleo en la industria. Por lo tanto, en ese momento, se sostenía el precio del combustible por encima de los precios internacionales.

“Ya durante los primeros tiempos de Aranguren se fijó un esquema de revisiones trimestrales consensuado con las petroleras a fin de que el precio no se disparara en los surtidores a raíz de la suba del crudo, inflación y del dólar”, recordó la economista.

Aclaró que con la liberalización del precio del combustible en octubre de 2017, el importe de naftas y gasoil está determinado hasta hoy por una fórmula en la que incide el tipo de cambio, la cotización del crudo internacional, impuestos e inflación, que llevó a un aumento para el mercado interno en la era Macri de un 246 por ciento.

“De éste modo, estimo que se volvería al esquema anterior en el cual se regula el precio con un subsidios que aseguren la rentabilidad de las petroleras y a su vez proteja el mercado interno”, adelantó.

Por su parte, el analista de combustibles y energías renovables, Gustavo Lahoud, advirtió que “la decisión de este gobierno por congelar los precios  tras la derrota en las PASO, tendrá implicancias muy complejas en la distorsión de toda las cadena de la producción y comercialización de hidrocarburos”.

Según su visión, “hubiese sido más conveniente y sano para el mercado, haber convocado a todos los actores responsables de la actividad petrolera para tomar una decisión consensuada, la cual, podría haber pasado por redistribuir los costos del congelamiento”.

Afirmó que dada la situación actual, las refinadoras y productoras estaban en condiciones de sostener las pérdidas momentáneas, más aún cuando las Estaciones de Servicio y los usuarios soportaron el aumento de un 300 por ciento del precio final as pico de surtidor durante los últimos 24 meses.

En ese aspecto, Lahoud coincidió con los dichos públicos del candidato peronista sobre la necesidad de desdolarizar las tarifas y “discutir el precio final de los combustibles”, a la vez que aseveró que “será urgente poner en debate los costos reales de producción de los combustibles líquidos, que son mucho más bajos que lo que el gobierno actual permite”.

Finalmente expresó que “Argentina produce petróleo para hacer frente a la demanda interna y en ese sentido hay que priorizar las condiciones de abastecimiento de la población, como eje estratégico de la política hidrocarburífera”.