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Desde el 1 de febrero comenzó a aplicarse un incremento en las tarifas de luz y gas. Esta decisión del Gobierno se acompaña de un recorte en los subsidios energéticos.
Desde el 1 de febrero, el incremento en las tarifas de luz y gas comenzó a hacerse sentir en los bolsillos de los argentinos. La medida se acompaña de un recorte significativo en los subsidios energéticos, afectando a aproximadamente 9,5 millones de hogares de ingresos medios y bajos. Pero el impacto no se limita al ámbito residencial: el Gas Natural Comprimido, también experimentó un alza en sus costos.
En este caso, el aumento se refleja en tres rubros claves: Transporte, Distribución y el precio del gas natural en boca de pozo. En el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), los incrementos por metro cúbico se desglosan de la siguiente manera: $1,00 para los servicios de Transporte y Distribución, y $15,85 para el gas natural en boca de pozo.
Este último ajuste está vinculado a la diferencia porcentual entre el precio actual de la nafta y el de hace tres meses, según lo estipulado en los contratos de suministro con las empresas comercializadoras. “En el interior del país, el incremento ha sido ligeramente superior”, expresó el consultor Luis Navas.
Asimismo y de acuerdo a lo señalado el especialista energético Marcelo Espeche a surtidores.com.ar, “en base a lo anunciado por el Gobierno, los aumentos variarán entre un 2 por ciento y un 3 por ciento. Sin embargo, para las Estaciones de Servicio podría ser más importante“. Aunque Espeche no precisó un porcentaje exacto, advirtió que la quita de subsidios generará un incremento sustancial en los costos operativos.
Este escenario también podría tener repercusiones a mediano plazo. Para los grandes consumidores, como las Estaciones de Servicio que superan los 300 kW, las regulaciones podrían llevarlos a contratar directamente a generadores de energía. “Esto no será inmediato, pero el mercado se encamina hacia ese modelo”, explicó Espeche.
El especialista también advirtió sobre una posible cartelización. “Con la reducción del rol de CAMMESA como organizador del mercado mayorista, los precios podrían experimentar incrementos discrecionales más marcados. CAMMESA actuaba como un regulador que limitaba los aumentos arbitrarios; sin su intervención, es probable que los usuarios finales enfrenten subas superiores a las previstas“, subrayó.
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