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Un informe de la Cámara de Expendedores de Combustibles de Santiago del Estero sostiene que si el país logra consolidar los proyectos, podría dejar atrás el déficit energético y potenciar al sector minorista.
Argentina podría estar al borde de una transformación energética sin precedentes. Un reciente informe elaborado por la Cámara de Expendedores de Combustibles de Santiago del Estero (CEPASE) plantea que el desarrollo de los proyectos de exportación de crudo y gas natural licuado no solo modificaría la posición del país en el escenario internacional, sino que también tendría efectos directos sobre el mercado interno, en especial sobre el eslabón minorista: las Estaciones de Servicio.
De acuerdo con el análisis, si el país logra consolidar los planes de producción y exportación en curso, Argentina podría dejar atrás su condición de país deficitario en energía para convertirse en un actor relevante en la balanza energética mundial. La clave, subrayan, será sostener una política de inversiones estables, ampliar la infraestructura de transporte y garantizar un marco regulatorio que dé previsibilidad tanto a las petroleras como a las redes de expendio.

El documento destaca que la recuperación de la autosuficiencia energética tendría múltiples efectos virtuosos: una mayor disponibilidad de combustibles en el mercado interno, mayor estabilidad de precios y la posibilidad de planificar inversiones a largo plazo en el canal minorista. “Cada litro que se produce en el país y no depende de la importación ayuda a estabilizar la cadena de valor”, señala el informe, que interpreta el nuevo ciclo productivo como una oportunidad para recomponer la rentabilidad del sector.
En ese sentido, la CEPASE plantea que el desarrollo de Vaca Muerta y los proyectos de GNL en la Patagonia no deben pensarse solo como exportaciones de alto valor, sino como palancas de desarrollo interno. Un crecimiento sostenido de la producción permitiría mejorar la logística, reducir los costos de transporte y asegurar un flujo constante de combustibles a precios más predecibles.
El informe también advierte que, si bien la mirada internacional es prometedora, el verdadero desafío será cómo se traduce ese auge en beneficios tangibles para el mercado doméstico. “El país necesita un esquema que permita que el éxito de la producción se refleje en cada estación de servicio, en cada comunidad donde el combustible es motor de trabajo y movilidad”, señala el documento.

Pedro Llorvandi, integrante de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines, coincidió con ese diagnóstico y remarcó que “el crecimiento energético debe ser inclusivo”. En diálogo con Surtidores, sostuvo que “si Argentina logra insertarse como exportador neto de energía, el beneficio debe derramarse en toda la cadena. Las Estaciones de Servicio somos el punto de contacto entre la industria y los usuarios, y necesitamos previsibilidad para seguir invirtiendo”.
Para el dirigente, el desafío no pasa únicamente por extraer más petróleo o gas, sino por construir un modelo energético sustentable, capaz de combinar exportaciones con abastecimiento interno competitivo. “El potencial está, pero debe transformarse en políticas claras. Las estaciones podemos ser parte activa de esa transformación si se nos garantiza estabilidad y acceso a herramientas de desarrollo”, agregó.
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