El mercado de los vehículos eléctricos está ganando terreno a paso lento en Argentina. Hasta el momento se registran ventas de unas 50 unidades de la Kangoo Z.E. en el país y desde mediados del mes pasado Nissan empezó a comercializar su modelo Leaf, que es furor en el mundo.

Sin embargo, una de las limitantes para estos rodados 100 por ciento eléctricos son las escasas estaciones de carga. No obstante, expertos en la temática coinciden que, una vez que los precios de estos vehículos bajen, el mercado se desarrollará con rapidez y, al calor de esto, florecerán los puestos de carga.

Hasta el momento el Estado nacional, a través de CAMMESA, no ha fijado un precio específico para la energía de carga de vehículos eléctricos. La gran mayoría de los puestos que hay en el país son de uso gratuitos para los usuarios.

Pese a ello hay provincias que están avanzando en la formalización de un esquema. El caso más emblemático es el de la distribuidora más importante de Córdoba, la EPEC, que no sólo fijó una tarifa sino también incentivos.

En diálogo con surtidores.com.ar, Roberto Stazzoni, Gerente técnico de Scame y miembro de la Asociación Argentina de Vehículos Eléctricos y Alternativos (AAVEA), destaca al respecto: “Es muy interesante lo que realizó EPEC, que en su área de concesión estableció una tarifa y propuso que durante la carga de noche, reducen el 50 por ciento del valor agregado de distribución (VAD, ganancia de las distribuidoras)”.

Más allá de este hecho puntual, Stazzoni explica que para ofrecer el servicio no hacen falta este tipo de maniobras legales.

“En su momento el ENRE determinó que la carga de vehículos eléctricos era un servicio desregulado, con lo cual no hay una tarifa específica, pero cualquiera que quiera ofrecer la prestación de la recarga lo puede hacer vendiendo el servicio por tiempo. No hace falta cobrar la electricidad sino el costo del servicio”, razona Stazzoni.