El control periódico de la cantidad de combustible que se encuentra dentro de los tanques es uno de los procedimientos indispensables dentro del protocolo de seguridad de la estación de servicio. Uno de los peligros más importantes que se pueden presentar, es la posibilidad de que se produzcan pérdidas de los combustibles debido a pinchaduras o roturas de los tanques subterráneos.



Estas roturas o pinchaduras pueden ocurrir, principalmente debido al ataque de agentes corrosivos que aceleran el desgaste por la presencia de agua, por deterioro de la protección externa o por mal funcionamiento del sistema de blindaje catódico.



Por esta razón, se debe realizar regularmente el mantenimiento preventivo a los tanques y cotidianamente verificar la presencia de agua en los mismos. Este procedimiento resulta de vital importancia ya que debemos asegurarnos que no exista una fuga de combustibles al suelo a través de una falla de los tanques.

El seguimiento de los combustibles no sólo es una práctica proactiva para evitar accidentes, sino que además está legislado por la Resolución de la Secretaría de Energía 404/94. En el artículo 7 de la normativa se especifica que la estación de servicio debe contar con “todos los antecedentes de Inventarios Diarios conservando los registros DOS (2) años y los Ensayos de Hermeticidad”.


En cada cambio de turno se debe tomar el estado de los surtidores y el inventario presente en los tanques. Esta operación es importante desde el punto de vista comercial y contable, pero también es importante para la seguridad y el medio ambiente. Si del balance contable y físico surge un déficit de combustible anormalmente alto, se deberá dar aviso al encargado responsable para que se tomen las medidas adecuadas, realizándose ensayos de hermeticidad en los tanques y cañerías.



Se consultarán los detectores de gases e hidrocarburos (los que siempre deben mantenerse en buen funcionamiento) con una frecuencia mensual y se registrarán sus determinaciones. Estos registros se guardarán por un tiempo no menor a tres años.



La medición del contenido de los tanques se realiza por medio de una varilla graduada que se halla introducida dentro de los mismos. Cada tanque tiene la suya, que debe ser de un material tal que no produzca chispas al golpear contra el fondo como el aluminio o el bronce. Para manipular cada elemento de medición se utilizarán guantes descartables, ya que el contacto con el hidrocarburo puede causar dermatitis por desaparición de la grasa protectora de la piel haciéndola más propensa a infecciones.



Al realizar esta acción, se deberá aislar la zona del paso de transeúntes o vehículos, ya que la apertura de la boca de medición permite el contacto directo del combustible con agentes externos, por ello es muy importante al finalizar la medición, verificar el correcto cierre de las tapas internas y externas de los tanques.