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La medida dispuesta por el Gobierno establece que la Estación de Servicio deberá prever una superficie mínima que permita la circulación y maniobras para la evacuación inmediata de los vehículos y las personas en situación de emergencia. ¿Qué opinan los especialistas?
“La superficie útil edificada sobre la planta baja de toda Estación de Servicio deberá prever una superficie mínima que permita la circulación y maniobras para la evacuación inmediata de los vehículos y las personas en situación de emergencia”. Con esta definición, el reciente decreto del Gobierno nacional modificó el punto 28 del Anexo del Decreto Nº 2407/83, introduciendo nuevos requerimientos para las instalaciones destinadas al expendio de combustibles. La medida, que busca reforzar la seguridad y funcionalidad en las estaciones, generó opiniones divididas entre los especialistas y actores del sector.
Patricio Pon, arquitecto y referente del estudio Pon Estudio de Arquitectos, destacó que, si bien la desregulación puede abrir nuevas posibilidades, también plantea desafíos importantes. “Creo que esta medida permite que cada estación decida qué tipo de servicio quiere ofrecer, pudiendo combinar gradualmente opciones de despacho asistido y autoservicio. Sin embargo, es fundamental implementarla de manera adecuada, estudiando en detalle la norma para cumplir con todos los requerimientos de seguridad. Aunque sistemas similares ya funcionan en otros países, la adaptación debe realizarse gradualmente”, enfatizó.
Uno de los puntos centrales que Pon resaltó fue la importancia del diseño de las islas de carga de combustible, que son el “corazón del negocio” de una Estación de Servicio. “Deben diseñarse de forma estratégica y funcional, no solo para las actuales formas de despacho, sino también contemplando futuros cambios, como la incorporación progresiva de tótems de autoservicio. Es clave considerar todos los elementos necesarios: equipamiento, productos comerciales, señalética, seguridad y la circulación tanto del playero como del cliente”, explicó.
La flexibilidad en el diseño y las instalaciones también son un factor clave, según el especialista. Esto permitiría adaptaciones a las necesidades futuras del mercado y responder a los cambios en el comportamiento del consumidor. Pon destacó que una mirada integral del funcionamiento de la estación es esencial. “En la práctica, una estación funciona como un sistema unificado. Hay que pensar en los circuitos de todos los actores: vehículos livianos, pesados, playeros, clientes a pie y aquellos que maniobran en sus vehículos. Todo esto impacta directamente en el diseño y las dimensiones de las islas de carga. Esto siempre fue importante, pero ahora lo es aún más”.
Por otro lado, Pon reconoció que la evolución en las formas de consumo también incidirá en las decisiones arquitectónicas y operativas. “Habrá público que preferirá la experiencia asistida, donde el playero no solo carga combustible, sino también ofrece otros productos de la estación. Sin embargo, también estamos viendo cómo la automatización avanza no solo en el despacho, sino también en las tiendas. La necesidad de ganar tiempo y la búsqueda de una experiencia rápida van a convivir con otras tendencias, como la creación de espacios más relajados que demandan una mayor asistencia al visitante”, concluyó.
La medida también pone en relación las necesidades de seguridad y funcionalidad. En situación de emergencia, garantizar la evacuación rápida de personas y vehículos se vuelve prioritario. Esto no solo implica diseñar espacios amplios y bien delimitados, sino también prever la correcta circulación y maniobrabilidad en toda el área operativa.
Por ahora, queda esperar cómo estas disposiciones impactarán en la práctica y cómo se irán incorporando gradualmente en el día a día de las Estaciones de Servicio.
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