Activar/Desactivar Leer Página
La presión impositiva, el exceso de oferta, la disputa por el mercado entre marcas y los márgenes ajustados, obligan a los distribuidores a apostar por la eficiencia, la calidad y el servicio para sostener su rentabilidad.
La combinación de ajustes fiscales parciales, presión cambiaria y precios internacionales al alza resultó en un incremento promedio de entre el 1 por ciento y el 3 por ciento sobre la nafta y el gasoil desde el 1° de agosto. Sin embargo, el verdadero desafío para los operadores mayoristas no es solo el costo creciente, sino cómo sostener márgenes en un escenario con exceso de oferta y una competencia cada vez más agresiva.
Según el empresario del sector, Mauro Lapacó, la clave no está únicamente en los precios, que tienden a ser similares en todos los mercados, sino en ofrecer calidad, servicio y eficiencia operativa.

El empresario explicó a surtidores.com.ar que la situación actual del mercado está fuertemente influida por la disponibilidad abundante de producto. “Hay mucho gasoil, aceites y todas las marcas, cada una con políticas diferentes, afectadas por la precisión del dólar de estos días y la variante de márgenes con los que trabaja cada petrolera”, afirmó. Esa abundancia de oferta genera una compresión de los márgenes, y obliga a todos los operadores a mantenerse activos en un contexto de rentabilidades más bajas.
El referente sostuvo que el mercado mayorista, aunque crece “muy poco”, lo hace de forma desigual según la zona. “En comparación con el año pasado, que comenzó con resultados muy negativos, la situación ha mostrado una mejora”, señaló.
En ese sentido, remarcó que, ante precios casi iguales en todos los mercados, lo que marca la diferencia es la calidad del producto y el servicio que se brinda al cliente. “Obviamente, ahí es donde se juega la competitividad”, concluyó.
En este escenario, los aumentos impositivos no son el único factor que explica la suba de precios. La evolución del tipo de cambio oficial, el alza en el barril de crudo a nivel internacional y los reajustes por inflación de costos internos también presionan. De todos modos, el Gobierno decidió postergar una vez más la aplicación plena del ICL, dejando para septiembre el ajuste total como parte de la estrategia para evitar un nuevo salto inflacionario.
Al respecto, el empresario expresó que “trabajar con menor rentabilidad en un mercado con excedente de producto es una realidad”, por lo que cada actor debe ajustar su modelo de negocio para mantenerse a flote en un sector que, aunque estabilizado, crece con mucha cautela.
DEJANOS TU COMENTARIO!