El cambio de escenario que se produjo en la actividad del GNC tras el sinceramiento de tarifas, provocó minuciosos análisis de costos para continuar ejerciendo la tarea. Las subas fueron muchas y severas, especialmente en rubros sensibles de los cuales los estacioneros no pueden prescindir.

No obstante, los precios de surtidor en general no acompañaron del todo los aumentos de los costos. Fundamentalmente en la Ciudad de Buenos Aires, donde se ubican un escalón por debajo de las localidades del interior, siguiendo la tendencia que se da en los combustibles líquidos.

Esta situación, en ocasiones, provoca que las expendedoras con bajo caudal de ventas y que solo despachan GNC operen al límite o por debajo de él poniendo en riesgo su subsistencia. Según un estudio realizado por especialistas del rubro, solo el gas, la electricidad y la mano de obra representan el punto de equilibrio de una boca que ofrece el metro cúbico al precio promedio que se ubica entre 9 y 10 pesos.

“Los sueldos de bolsillo de un playero sin antigüedad con presentismo y quebranto de caja ascienden a $ 21.000, multiplicado por cuatro empleados y tomando en cuenta el 35 por ciento de retenciones dividido 60.000 m3 da $ 2,33 por cada m3, que sumado al gas y la luz totaliza $ 9”, asegura el informe.

“Si a este importe bruto se le adicionan los rubros seguros varios, honorarios profesionales, telefonía, internet, alarma, servicio de área protegida, impuestos Municipal y Provincial al inmueble, mantenimiento preventivo, limpieza y arreglos varios que suman casi  $ 90.000 al mes el costo básico totaliza aproximadamente $ 10.60 haciendo inviable la continuidad comercial de la Estación en esas condiciones” apunta el documento de manera terminante.

Sin embargo el argumento no resulta válido para modificar la estrategia de muchos empresarios que deciden continuar por este sendero a la espera de tiempos mejores. Incluso, apelando a la aplicación del Ministerio de Energía, “Precios en Surtidor”, se puede advertir que una buena cantidad de comercios alienta – a través de promociones – la carga durante el horario nocturno a valores aun más bajos.

“Existe una gran competencia y todos tratan de mantenerse a flote”, explica el experimentado empresario y Presidente de la Asociación de Estaciones de Servicio Independientes, Manuel García. “Se resisten a superar la barrera de los 10 pesos para competirle a las naftas pero esa decisión las está llevando a la quiebra”, alertó el directivo.