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La evolución en los comportamientos y demandas de los consumidores obliga a los estacioneros a adaptarse mediante el diseño eficiente y la optimización del espacio. Estos factores no solo aseguran una operación adecuada, sino que también mejoran la experiencia del cliente, potenciando los ingresos del negocio.
Las Estaciones de Servicio son más que simples puntos de abastecimiento de combustible; en la actualidad, se han convertido en espacios que deben responder a múltiples demandas, tanto operativas como comerciales. El desafío principal radica en optimizar estas áreas limitadas para garantizar la funcionalidad, sin comprometer la experiencia del usuario. Un diseño eficiente no solo facilita las operaciones, sino que puede marcar la diferencia en la rentabilidad del negocio.
Según explica el arquitecto Patricio Pon de PON – Estudio de Arquitectos, uno de los primeros aspectos a considerar es el espacio restringido. Las estaciones suelen ubicarse en terrenos pequeños, lo que exige una distribución estratégica. Un enfoque modular es clave para permitir su expansión y adaptación, optimizando áreas. Además, soluciones de almacenamiento inteligente para productos de conveniencia y mantenimiento pueden mejorar la operación sin sacrificar espacio.

A pesar de las limitaciones de terreno, las oportunidades comerciales también existen. Espacios que suelen pasar desapercibidos, como áreas de circulación ampliadas, pueden aprovecharse para la venta de productos. Por ejemplo, los niveles superiores de las estaciones pueden convertirse en zonas de coworking, generando ingresos adicionales. Otras superficies complementarias, como retiros laterales o cubiertas, pueden utilizarse para integrar áreas verdes o paneles solares, reforzando el compromiso con el medio ambiente y mejorando la imagen ante los usuarios.
El flujo de tránsito es otro aspecto fundamental que debe tenerse en cuenta. Un diseño que permita una circulación vehicular eficiente es esencial para evitar congestiones y reducir tiempos de espera, un factor crítico dado que los clientes no suelen estar dispuestos a esperar demasiado. Implementar un diseño de flujo unidireccional, claramente señalizado, ayuda a minimizar la congestión y los accidentes. Definir áreas de espera para vehículos y peatones también mejora la experiencia del cliente, asegurando que el tránsito dentro de la estación sea ordenado y seguro.
La integración con el entorno es otro desafío clave. Las Estaciones de Servicio deben diseñarse de manera armónica con el entorno que las rodea. No considerar este aspecto puede generar percepciones negativas en las comunidades locales, especialmente en áreas residenciales o históricas. Un diseño bien integrado no solo mejora la aceptación del público, sino que también puede convertirse en un factor diferenciador para atraer a más clientes.

El Arquitecto Patricio Pon, quien diseñó y construyó la Shell más grande del país y está desarrollando dos nuevas estaciones que se inauguraran antes de fin de año, destaca cuáles son los aspectos que se deben tener en cuenta a la hora de diseñar una expendedora a partir de los criterios que demandan los tiempos que corren.
Finalmente, uno de los factores más críticos es la experiencia del usuario. Un espacio mal diseñado puede resultar en una experiencia negativa, lo que afecta directamente la frecuencia de visitas y, en última instancia, los ingresos. La comodidad y accesibilidad son fundamentales para garantizar una experiencia positiva. No solo debe ser funcional, sino también atractiva y cómoda. Aspectos como la disposición de las áreas de descanso, la iluminación, la señalización y la facilidad de acceso a los servicios pueden influir significativamente en la satisfacción del cliente.
“Estamos convencidos de que el diseño de Estaciones de Servicio debe buscar un equilibrio entre funcionalidad, normativa y estética. La optimización del espacio y la mejora de la rentabilidad dependen de un enfoque integral que considere todos estos aspectos. El futuro del diseño en Estaciones de Servicio está en manos de quienes entiendan que la experiencia del cliente es tan importante como la operatividad, y que cada metro cuadrado cuenta”, concluyó Pon.
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