Con gran emoción por el logro de los objetivos planteados este año que pasó, la Asesora de AMENA, María Eugenia Pozzoli, resumió con una frase testimonial perteneciente a uno de los 20 aspirantes que estudiaron el curso en la Universidad de Cuyo, el sentir de los que participan de estas iniciativas.

“Ahora me siento valorado y en tantos años de trabajo nunca había tenido la apertura para dialogar con los clientes de la Estación de Servicio”. Estos dichos de un estudiante de más de 50 años de edad que posee una antigüedad importante en el rubro, reflejaron el cambio de paradigma que desde AMENA buscan lograr.

“Estos cursos permiten que el trabajador que antiguamente era calificado como playero, pueda acceder a una nueva identidad de Vendedor de Playa, lo que lo beneficiará no solamente a nivel económico, sino en la relación social con aquellos que vienen a cargar combustible”, dijo Pozzoli.

Agregó que actualmente, las exigencias de los consumidores son muy variadas y “el trabajo de playa, supera el tradicional despacho, para transformarse en una estrategia competitiva, con características también de conocimientos tecnológicos”.

Afirmó que las expendedoras de la República Argentina se diferencian de las de muchos otros países porque cuentan con el componente humano de una zona que se ha transformado en multiservicio para el bienestar de los que asisten a cargar los tanques, pero que tienen una variedad de opciones de consumo muy interesantes.

“Mientras en otros lugares se busca reducir la venta de naftas a un autoservicio, en Argentina, nos comprometemos con el conocimiento integral de los que trabajan en el sector y son la cara visible del comercio, parte íntimamente relacionada con el éxito o el fracaso de la empresa”, explicó la docente y experta en Recursos Humanos.

En ese orden de cosas, Pozzoli adelantó que el plan integral de empleo y capacitación para el personal de las Estaciones de Servicio que desde hace cuatro años se desarrolla cada vez más seriamente en la provincia de Mendoza, comenzará a abrir sus alas hacia las demás regiones del país, con el apoyo institucional de las Cámaras integradas en CECHA.

Aclaró finalmente que las posibilidades de crecimiento personal y profesional de los que se inscriben en los cursos y seminarios “no tienen techo” y a su vez, los mismos egresados luego serán quienes transmitan sus conocimientos a los que vienen detrás.