Todavía es incipiente y la publicidad al respecto no es masiva, pero en el algunas provincias los agentes de venta oficiales de las primeras marcas de automotores, lanzaron convenios con talleres y fabricantes de gas vehicular, que les permita a quienes busquen cambiar su unidad, la posibilidad de adquirirla con GNC instalado, sin el inconveniente de perder la garantía que brinda la marca para los primeros años de uso.

En Córdoba y Buenos Aires, se ven algunas ofertas de autos familiares y sedanes aptos para remises que a través de un acuerdo con los instaladores, se comprometen a mantener la garantía del auto y del equipo de GNC, sin reparos.

Las terminales sin embargo, no tienen en sus planes incursionar en este tipo de alternativa a pesar de que están preocupadas por el nivel de ventas que cayó estrepitosamente en los últimos 24 meses y acumulan unidades en los galpones sin poder venderlas.

En ese sentido, el Presidente de la Cámara Argentina de Productores de Equipos completos de Gas y Afines, Horacio Magraht, recalcó a surtidores.com.ar que “como la mayoría de las fábricas no dependen directamente de Argentina, sino que elevan las gestiones a los países de origen como Brasil, Alemania o Francia, se torna más engorroso ese tipo de trámites”.

Destacó el ejemplo de Ford Motors Argentina y su vehículo Ranger que si bien, no sale a la venta con equipo de GNC de origen, se ofrece al cliente, la posibilidad de que si el comprador le instala un equipo de quinta generación, se reconoce la garantía.

“Hay vehículos que se convierten desde 0Km porque de otra manera no pueden trabajar como el caso de los taxistas, como luego sucede con los autos de segunda mano que por haber superado los límites de la cobertura de la fábrica, son más aptos a que su dueño, por necesidad, tome la decisión”, opinó el directivo.

Sin embargo, intentó eliminar los fantasmas del inconsciente colectivo que atenta contra la imagen del GNC como perjudicial para el motor, porque dijo que “con la llegada de los equipos de 5ta y 6ta generación, la tecnología permite que la diferencia con la nafta en el funcionamiento, sea imperceptible”, aclaró.

Finalizó explicando que “actualmente, la tecnología argentina y el comando y regulación computarizada, solucionaron todos los problemas que teníamos con los más antiguos conversores, por lo cual, la diferencia con la nafta el usuario solamente la nota en el bolsillo y no en el rendimiento y prestancia”.