De acuerdo a datos del Ente Nacional Regulador del Gas (ENARGAS) hasta abril de este año circulaban en nuestro país 1.591.903 vehículos a GNC, cifra récord para la industria. El promedio de conversiones supera las 15.000 unidades, por lo que se espera concluir 2014 con un total de 190.000.

Sin dudas, el alza de los precios de los combustibles líquidos impulsó este auge del GNC. La industria automotriz venía leyendo estos movimientos desde hace tiempo, tal es así que los rodados que se ofrecen en el mercado en un 96 por ciento funcionan a naftas, para darle al consumidor la posibilidad de incorporar equipos de GNC.

Hugo Lamy, presidente de la Cámara Argentina de Productores de Equipos de Gas (CAPEC) asegura que “el 90 por ciento de las bajas que se reflejan en las estadísticas oficiales son “desmontajes”. No implican que la persona haya dejado de usar este combustible económico y ecológico.

El referente de la actividad explicó los motivos: en general los automovilistas que se acercan a los talleres especializados solicitan  retirar el kit de inyección del rodado que desean vender para ubicarlo en otro, ya recién salido de fábrica o en uno usado.

Esto es posible gracias a los avances tecnológicos que alcanzaron las empresas en los últimos años, lo que ha permitido que tanto los equipos de tercera como de quinta generación se puedan re-instalar en otro vehículo. Todos los modelos pueden ser transformados.

Por eso, resaltan que probar el GNC es prácticamente un viaje sin retorno. Con el litro de nafta súper por encima de los 12 pesos, quienes recorren 1200 kilómetros al mes, ahorra aproximadamente 800 pesos. La cuenta para hacer la comparación es sencilla: usando nafta transitar un kilómetro cuesta en promedio un peso, mientras que en GNC apenas 35 centavos.

Desde hace tiempo Lamy indica que “los fabricantes están trabajando a full”, aunque aun sin operar en dobles turnos o contratando más personal. “La industria se mueve a buen ritmo”, señala.