Según datos de la Asociación de Fabricantes Automotores (ADEFA), en 2004 el parque vehicular circulante en nuestro país alcanzaba las 7 millones de unidades. Hoy conforme a un relevamiento de la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA) la cifra se expandió en torno a los 13 millones.

Sin embargo y a pesar de casi duplicarse la cantidad de unidades, el consumo de combustibles en las estaciones de servicio estuvo lejos de acompañar esa tendencia. De acuerdo a la Secretaría de Energía, mientras en julio de 2004 se despacharon al público 1.200 millones de litros, el mismo mes pero de este año la demanda totalizó 1.312. De este modo, cuando hace una década la carga promedio era de 171 litros por rodado, actualmente la cifra se redujo a 100.

La principal variable que explica este fenómeno es el desarrollo tecnológico de los motores que bajaron notablemente el consumo de combustibles en especial de gasoil. El freno de la actividad económica y la expansión del GNC también hicieron su parte.

Por estas razones durante este período también disminuyó el número de estaciones de servicio que despachan líquidos: de 5.600 a 3.800. Considerando esta situación, hoy venden más litros que en 2004 aunque la rentabilidad sigue siendo insuficiente.

En efecto, hace 10 años atrás, el volumen mensual comercializado por una boca de expendio era de 214.000 litros, en tanto que al presente es de 345.000. Claro que este valor absoluto está muy lejos de ser uniforme: la parte del león se la llevan los mega negocios en especial los de bandera YPF, petrolera que goza del 60 por ciento de la preferencia de los consumidores.

En este contexto la mayoría de las estaciones opera con bajos niveles de rentabilidad. “Poner una estación requiere de una gran inversión y mantenerla operativa también demanda un capital importante. La estación de servicio es una actividad que está altamente controlada y regulada a nivel nacional, provincial y municipal“, sostuvo al respecto la presidenta de la Cámara de Expendedores de Mar del Plata y zona, Mónica Killian.

La directiva manifestó en declaraciones a los medios que a pesar de que aumentó la cantidad de clientes por el repunte de la venta de autos, “nadie pone una moneda para invertir en el rubro“. En ese sentido, expresó que “uno de los principales problemas que tiene el sector es la tremenda carga impositiva y los aumentos de sueldos que van siempre muy por encima del incremento de nuestros ingresos“.