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Con el 80 por ciento de los pagos digitalizados y tasas municipales en aumento, el sector enfrenta presiones sobre su rentabilidad. La Federación apuesta a la capacitación y a las reformas para mejorar el escenario en 2026.
El 2025 fue un año de transformaciones profundas para el expendio de combustibles. Así lo describe Hernán Landgrebe, presidente de la Federación de Empresarios de Combustibles de la República Argentina, quien en diálogo con Surtidores, trazó un balance atravesado por el cambio de ciclo económico, la caída de la inflación y un reordenamiento en las prioridades del negocio. “Fue un año de cambios, sin duda”, resume.
La estabilidad nominal trajo alivio en algunos frentes, pero también abrió una etapa en la que las Estaciones de Servicio debieron volver a concentrarse en cómo incrementar las ventas, ajustar la eficiencia de la operación y sostener niveles adecuados de inversión. “La preocupación anterior era tener stock; ahora hay que mirar la manera de incrementar las ventas y la eficiencia en la operación”, afirma. Las elecciones, dice, confirmaron un rumbo que obliga a adaptarse para mejorar.

Para Landgrebe, algunos aspectos debieron ser atendidos con mayor profundidad para fortalecer la posición del sector. El viraje hacia una macroeconomía más estable puso en primer plano los costos operativos, que se volvieron determinantes para la rentabilidad de cada estación.
Uno de los cambios más contundentes se dio en los hábitos de pago: el 80 por ciento de las transacciones se realiza hoy a través de billeteras virtuales, medios electrónicos y tarjetas, cuando hace pocos años la relación era inversa. Ese salto tecnológico, aun con sus ventajas, trajo aparejado un incremento en los costos por comisiones, que impactan directamente en los márgenes. A ello se suman tasas municipales que se multiplicaron en varios distritos —como las tasas viales o aumentos en seguridad e higiene—, generando una combinación que el dirigente define como “el gran desafío de la actividad”.
De cara al 2026, Landgrebe proyecta un escenario más favorable, siempre que se consolide la baja inflacionaria y se reactive el poder adquisitivo. Imagina un año de recuperación en las ventas, apalancado por sectores clave como la minería, la energía, el campo, el turismo y la venta de vehículos. Actividades que, según señala, pueden convertirse en motores del desarrollo y fortalecer a la amplia cadena energética que representan las Estaciones de Servicio.
En este marco, el titular de FECRA considera que las reformas impositiva, laboral y fiscal que el Gobierno busca impulsar podrían generar un impacto positivo en la actividad estacionera. “Es muy necesario avanzar en estos puntos clave, que viene remarcando casi toda la comunidad”, sostiene. Reducir la cantidad de tasas e impuestos, simplificar trámites y disminuir la litigiosidad son, para el sector, condiciones indispensables para recuperar dinamismo. Los juicios laborales y reclamos diversos, recuerda, pusieron a muchas pymes al borde de la quiebra en los últimos años.
Frente a este panorama, FECRA prepara una agenda de trabajo para 2026 orientada a fortalecer la competitividad del sector. La federación planea profundizar alianzas con empresas para reducir costos, ampliar oportunidades y continuar con el asesoramiento integral en áreas clave —legal, laboral, impositiva y ambiental—.

Uno de los focos estratégicos será la capacitación: la entidad proyecta cursos y programas destinados a titulares, mandos medios y personal de atención al cliente para elevar la calidad operativa y promover la excelencia en el servicio. También buscará reforzar la comunicación institucional, consolidar la participación dentro de CECHA y potenciar FECRA Joven, una iniciativa destinada a sumar diversidad y formar nuevos dirigentes.
Landgrebe espera también que 2026 permita normalizar el vínculo con el gremio, tras un año en el que —según reconoce— hubo dificultades para abordar temas considerados esenciales para el desarrollo cotidiano de la actividad. Colocar nuevamente esa relación en su cauce natural será clave para garantizar previsibilidad en un sector que necesita reglas claras para invertir y proyectar.
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