Activar/Desactivar Leer Página
Estas prácticas se consolidan como una herramienta esencial para reducir riesgos en las operaciones de carga y descarga de combustibles. Su correcta planificación y ejecución permite evaluar tiempos de respuesta, roles del personal y coordinación con los organismos de atención primaria.
A medida que se modernizan las expendedoras, la seguridad se torna un aspecto operativo central y la capacitación práctica se vuelve indispensable. Las Estaciones de Servicio manejan sustancias inflamables y realizan maniobras que, de no seguir protocolos estrictos, pueden derivar en siniestros graves. Por eso, los simulacros controlados de emergencia se están incorporando cada vez más como parte de la rutina de trabajo, permitiendo que los equipos identifiquen riesgos, ensayen respuestas y ajusten procedimientos antes de que ocurra un hecho real.
Un ejemplo reciente de esta práctica se llevó a cabo en una estación de la red YPF ubicada en la ciudad de San Javier, provincia de Santa Fe, donde se simuló un derrame de combustible durante la descarga de un camión cisterna. El operativo fue solicitado por la compañía y coordinado junto con especialistas en seguridad e higiene, con participación de bomberos, policía y personal del hospital local.

Fernando Díaz, propietario del establecimiento, explicó a Surtidores que el ejercicio permitió analizar la maniobra de descarga, considerada una de las más riesgosas dentro de la operatoria diaria. “Decidimos hacerlo porque es el momento en que la estación se encuentra más expuesta. Fue necesario coordinar con todos los organismos locales y prever variables como el viento y los tiempos de evacuación”, indicó.
El simulacro incluyó un derrame simulado, el uso de espuma ignífuga por parte de los bomberos y la evacuación total del área operativa y del local comercial. Además, se añadió una situación secundaria: el desmayo de un supuesto cliente durante la evacuación, para evaluar la reacción del personal ante una emergencia médica.
Según el estacionero, la práctica permitió confirmar la efectividad de los procedimientos de comunicación y los tiempos de respuesta. “Los cortes eléctricos y la evacuación se realizaron en pocos segundos, y los organismos de emergencia actuaron de forma coordinada. Hubo pequeñas observaciones que servirán para ajustar los protocolos, que es precisamente el propósito de este tipo de ejercicios”, sostuvo.
Los asesores en seguridad e higiene Mariano y Omar Sobrero, a cargo de la coordinación técnica, remarcaron la importancia de que las tareas preventivas formen parte del trabajo cotidiano. “Estos ejercicios permiten que cada trabajador sepa qué hacer sin dudar. En una emergencia, la falta de claridad en los roles es uno de los principales factores de riesgo”, explicaron.
Previo al ejercicio, se brindó una capacitación complementaria sobre maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) y entablillado, reforzando los conocimientos básicos del personal. “Superamos las expectativas: hubo buena participación y compromiso”, detallaron los especialistas.

El simulacro también sirvió para evaluar el mantenimiento de los equipos de contención, la disposición del área de residuos peligrosos y los mecanismos de comunicación interna. “El mantenimiento preventivo y la revisión periódica de los sistemas son fundamentales para evitar fallas que puedan amplificar una emergencia”, agregó Sobrero.
A partir de los resultados obtenidos, se prevé replicar la experiencia en otras estaciones del país. El objetivo, coincidieron los organizadores, es consolidar una cultura de prevención y entrenamiento continuo que involucre a todo el personal y a los organismos locales. “En un entorno operativo donde los riesgos son inherentes, la capacitación práctica sigue siendo la herramienta más eficaz para minimizar consecuencias y proteger vidas”, concluyeron.
DEJANOS TU COMENTARIO!