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Andrés Cavallari, CEO de Raízen Argentina, planteó que casi la mitad del precio de los combustibles está compuesto por impuestos y reclamó un rediseño integral y simplificador.
La estructura impositiva y la expansión de la economía informal dominaron la agenda del segundo día del 61° Coloquio de IDEA, que este año se desarrolla bajo el lema “Juega Argentina”. Durante diversas exposiciones, especialistas coincidieron en que el esquema tributario actual impone costos crecientes a la producción, desalienta la competitividad y, al mismo tiempo, empuja a numerosos sectores hacia la informalidad.
Uno de los testimonios más contundentes fue el de Andrés Cavallari, CEO de Raízen Argentina, quien describió con precisión el impacto de la presión fiscal sobre la industria de los combustibles. “De cada 100 pesos que se pagan por un litro de nafta, 45 corresponden a impuestos”, remarcó. Calificó a esos tributos como “distorsivos” y advirtió que no solo afectan la rentabilidad operativa, sino que impactan directamente sobre el consumidor final, que paga más caro un insumo esencial para la economía.
Cavallari señaló además que empresas como Raízen —licenciataria de la marca Shell en el país— operan con altos estándares de eficiencia y destinan el total de su producción al mercado interno. Sin embargo, alertó que el sistema tributario vigente condiciona la competitividad de toda la cadena energética y limita las posibilidades de inversión a largo plazo.
El ejecutivo también puso el foco en la proliferación de tasas municipales, uno de los puntos más cuestionados por el empresariado. “Hoy una misma refinería puede enfrentar hasta ocho tipos distintos de tasas según la jurisdicción. Esto no solo genera costos adicionales, sino también una enorme complejidad administrativa”, explicó.

Cavallari reclamó avanzar en una reforma tributaria integral que elimine impuestos distorsivos, simplifique procedimientos y brinde previsibilidad. “No se trata de incrementar ganancias empresariales —aclaró—, sino de reducir los precios al consumidor y mejorar la competitividad”. En esa línea, pidió un enfoque de políticas públicas que contemple la sustentabilidad del sistema y la necesidad de recuperar el sendero de crecimiento económico.
El Coloquio de IDEA continuará abordando en los próximos paneles otros desafíos estructurales para el desarrollo argentino, como la productividad, el empleo formal y las transformaciones pendientes en el sistema laboral. Sin embargo, el mensaje que sobrevoló la jornada fue claro: sin una reforma tributaria profunda y un combate efectivo a la informalidad, será difícil encarar un ciclo sostenido de inversión y desarrollo.
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