Trabajadores de Estaciones de Servicio piden discutir las implicancias laborales de la venta directa en playa

El modelo de negocio en las Estaciones de Servicio atraviesa una etapa de transformación acelerada. A los surtidores de autodespacho, las terminales de carga eléctrica y la digitalización del pago, se suma ahora un nuevo concepto que ya comenzó a ser implementado por Shell e YPF: la venta de impulso directamente en playa, una estrategia comercial que busca tentar al cliente en el mismo momento y lugar en que carga combustible.

Tanto Raízen, licenciataria de la marca Shell, como YPF están probando sistemas que acercan productos de alto consumo como bebidas frías, snacks y golosinas a los automovilistas sin que estos tengan que bajarse del auto o ingresar al minimercado. La iniciativa tiene como premisa captar a un público que no tenía previsto realizar una compra adicional, y convertir la operación de carga en una oportunidad de venta espontánea.

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Se trata de un nuevo mueble facturador con heladera integrada que busca conectar la experiencia de carga de combustible con una compra rápida y conveniente.

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En el caso de Shell, la propuesta se enmarca dentro de un plan más amplio para rediseñar la experiencia del cliente, combinando eficiencia operativa con estrategias de retail. Según explicó la compañía, la lógica de “comprar sin bajarse del auto” permite aprovechar un momento de espera para impulsar el consumo y mejorar la rentabilidad de la estación. Los productos disponibles están dispuestos en exhibidores ubicados junto al surtidor, lo que facilita la elección rápida y, al mismo tiempo, minimiza el tiempo de atención.

Por su parte, YPF lanzó una herramienta comercial denominada “mueble facturador”, para aprovechar los cinco minutos que dura en promedio la carga de combustible. Ese lapso ahora se convierte en un momento clave para acercar productos de tienda al alcance inmediato del automovilista, sin que tenga que abandonar su vehículo ni ingresar al local.

Sin embargo, el nuevo modelo también genera inquietudes. Desde el sindicato de trabajadores de Estaciones de Servicio advirtieron que estas prácticas no están contempladas en los convenios colectivos de trabajo, lo que abre interrogantes sobre su implementación a escala.

Carlos Acuña (h), secretario adjunto del gremio, expresó a surtidores.com.ar que se trata de “cuestiones nuevas que no están previstas porque hasta ahora no existían”. Si bien reconoció que el impacto de esta modalidad es menor al que podría generar un esquema de autoservicio pleno que excluya al operario, dejó en claro que será necesario discutir sus implicancias laborales. “Es algo que deberemos tratar cuando se adopte con más frecuencia”, señaló.

Acuña también manifestó que el sindicato lleva años reclamando la actualización del convenio colectivo, pero que algunos sectores empresarios no se muestran dispuestos a sentarse a negociar. En ese marco, advirtió que toda innovación que modifique las tareas habituales deberá ser analizada para evitar conflictos y preservar las condiciones del personal. “Estas cosas nuevas hay que discutirlas. Lo vamos a tener que hacer tarde o temprano”, manifestó.

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La apuesta por este concepto responde a una lógica cada vez más presente en el retail: acercar la oferta al consumidor y aprovechar todos los puntos de contacto posibles para generar oportunidades de venta.

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En el fondo, este nuevo enfoque de venta directa apunta a seguir el camino del retail moderno, donde cada segundo de interacción con el cliente puede transformarse en una oportunidad comercial. Para las Estaciones de Servicio, que enfrentan márgenes cada vez más estrechos en la venta de combustibles, diversificar la oferta se vuelve una necesidad más que una opción.

Pero como ocurre con toda transformación en una industria con alta carga laboral, la clave estará en encontrar un equilibrio entre la innovación y la protección de los derechos de los trabajadores. El autoservicio, la venta directa en playa y otras modalidades que emergen al calor de los cambios tecnológicos y los hábitos de consumo, podrían marcar el rumbo del sector en los próximos años. Sin embargo, ese camino requerirá consensos, negociación y reglas claras.