40 años de involucramiento en la organización
Continuará ligado a la institución como secretario, dejando la titularidad en manos de Daniel Sanguinetti.
Luego de 13 años al frente de la Unión de Vendedores de Nafta del Uruguay (UNVENU), Daniel Añón decidió dar un paso al costado por motivos personales y de salud. Aunque su renuncia no fue aceptada inicialmente por la directiva, Añón continuará ligado a la institución como secretario, dejando la presidencia en manos de Daniel Sanguinetti.
En diálogo con surtidoresuy.com, el empresario hizo un repaso por su extensa trayectoria y los desafíos enfrentados durante su mandato. Con cerca de 40 años de involucramiento en la organización, Añón ocupó diversos cargos antes de asumir como presidente. Durante su gestión, trabajó incansablemente para mejorar la rentabilidad de las Estaciones de Servicio mediante negociaciones y adaptaciones a los cambios regulatorios. Entre los logros destacados, menciona el sistema de paramétrica que, pese a las críticas iniciales, permitió equilibrar costos y gastos del sector. Sin embargo, también recuerda cómo la crisis de ANCAP en 2017, con pérdidas de 900 millones de dólares, impactó negativamente al congelar y reducir bonificaciones para los estacioneros.
HITOS
Añón subraya que las relaciones con los distintos Gobiernos siempre han sido determinantes para el sector. Inicialmente, la actual administración llegó con propuestas liberales como la libre importación de combustibles, pero las realidades del mercado demostraron que estas medidas no necesariamente garantizan una baja en los precios. Añón, quien también es miembro activo de la Comisión Latinoamericana de Empresarios de Combustibles desde 1991, señala que en toda la región el combustible tiende a encarecerse bajo sistemas desregulados, ya que los precios quedan en manos de unas pocas distribuidoras.
Uno de los avances más significativos durante su presidencia fue la separación de funciones de ANCAP, que desde 2020 dejó de ser juez y parte en el mercado. Ahora, la URSEA es la encargada de fijar precios y regular los márgenes de ganancias para estaciones, transportistas y distribuidoras. Este sistema regulado ha sido aplaudido por su eficiencia y por garantizar la calidad del combustible y la uniformidad de importes en todo el país.
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DESAFÍOS
Sin embargo, no todo ha sido éxito. Añón admite dos grandes pendientes: la reducción de los aranceles de las tarjetas de débito y crédito y la competencia desleal en el sector. Respecto al primer punto, critica los altos costos que los bancos imponen a los estacioneros por el uso de tarjetas, un gasto que considera injustificado y desproporcionado. En estaciones con ventas predominantemente realizadas con tarjetas, como en Montevideo y zonas del litoral, los bancos ganan más que los propios empresarios, una situación que Añón califica de “vergonzosa”.
El segundo desafío pendiente es la feroz competencia dentro del sector, especialmente en el interior del país. El empresario lamenta que algunos colegas se vean obligados a reducir sus precios de manera insostenible para competir por grandes contratos, una práctica que, a largo plazo, afecta la salud financiera de las Estaciones de Servicio. Además, denuncia que las distribuidoras también participan en esta competencia desleal, aprovechando su capacidad financiera para operar con márgenes menores.
Pese a los desafíos, Añón se mantiene optimista sobre el futuro de UNVENU. Su experiencia y conocimiento seguirán siendo un activo valioso para la organización, ahora desde su rol como secretario. En ese sentido, concluyó su reflexión con un llamado a la unidad y al diálogo constructivo entre los actores del sector, convencido de que solo así se podrá superar los retos pendientes y consolidar los avances logrados durante su gestión.
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