Para el exsecretario de Energía de la Nación y exdirector de YPF, Emilio Apud, aún existe un atraso en el precio de los combustibles de entre el 8 y el 10 por ciento. Sostiene que el Gobierno optará por congelar el valor de las pizarras para fortalecerse en este año electoral.
En estos más de 30 días que hace que empezó el 2021, los precios de las naftas y el gasoil han experimentado pequeños aumentos graduales que en total alcanzaron un 10 por ciento promedio a nivel nacional.
Emilio Apud, actual consultor, explica a surtidores.com.ar que buena parte de esas subas no redundan en un beneficio directo a las petroleras, sino que tiene que ver más bien con traslados de precios de, por un lado, un incremento en el costo de los biocombustibles y, por otro, actualizaciones de impuestos a la nafta y el gasoil.
“Lo que va a la industria es prácticamente inexistente”, señala el exsecretario de Energía de la Nación y exdirector de YPF. En esa línea, opina: “Hay una brecha de entre el 8 al 10 por ciento de atraso para las petroleras que es muy probable que se profundice debido a que estamos en un año electoral”.
Es decir, para Apud el Gobierno, a través de YPF, suspenderá nuevos aumentos de precio para fortalecerse en las elecciones legislativas del próximo 24 de octubre.
En ese sentido, advierte: “Veo un panorama bastante complejo para el mercado de los combustibles líquidos”.
“Si con el paso del tiempo no se recupera el precio, cada vez se va a deteriorar más teniendo en cuenta una expectativa inflacionaria del orden del 4 por ciento mensual”, indica Apud.
Para dimensionar cómo podría lacerar un congelamiento para la industria, el ex directivo de YPF pone como ejemplo a la propia petrolera estatal, de la cual más del 80 por ciento de sus ingresos dependen del downstream y que está en medio de una reestructuración de deuda por un total que supera los 6 mil millones de dólares.
“No sé hasta qué punto el Gobierno puede seguir tomando decisiones en cuanto a precios que afecten a la empresa, porque podrían tener problemas con los inversionistas privados que operan en la bolsa de Nueva York y de Buenos Aires. Ningún accionista estaría de acuerdo con que el socio mayoritario tome decisiones que afecten sus intereses o los de la empresa para beneficiar sus propios intereses políticos”, advierte Apud.
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