La calidad de las naftas en nuestro país ha mejorado notablemente la última década especialmente a partir de la eliminación de plomo en su composición. Pero esta determinación, ¿responde a una cuestión mediombiental o es sólo una razón comercial?. A continuación, una serie de respuestas a este interrogante
La historia argentina referente a las especificaciones de combustibles no es antigua. De hecho la primera vez que la Secretaría de Energía a través de la Subsecretaría de Combustibles reguló este tema fue en 1998 a través de su disposición 285/98. Por la misma resolución se limitaba formalmente el contenido máximo de plomo en todas las naftas comercializadas en el territorio de la República Argentina a un valor de 13 mg por litro. Este valor es insignificante y resulta equivalente a exigir una adición nula de Tetraetilo de Plomo en las naftas, práctica totalmente erradicada en el país desde hacía algunos años a pesar de que el gobierno había eliminado los incentivos económicos que la promovieron inicialmente. El Tetraetilo de plomo así como otros compuestos órgano-metálicos han sido empleados como antidetonantes en las naftas durante décadas, hasta que se descubrió su efecto contaminante y su empleo comenzó a reducirse.
Todas las especificaciones aplicadas a los combustibles y en particular a las naftas responden a dos criterios. El primero es cumplir satisfactoriamente con una performance en el equipo en uso y el segundo es cumplir satisfactoriamente con un nivel de contaminación ambiental máximo aceptable o razonable. A lo largo de la historia de las naftas, que tiene apenas un siglo de vida, se priorizó el primer criterio. Con el venir de los años y el desarrollo de una sociedad más conciente y comprometida con el cuidado medioambiental, se comenzó a privilegiar el segundo. Esto llegó a tal punto que prácticamente hoy no se habla de mejoras significativas en las especificaciones de performance, pero sí se estiman mejoras importantes en las de impacto medioambiental.
Los productores de combustibles en Argentina y el resto de Latinoamérica modifican y mejoran las características de sus naftas y demás combustibles mas acorde a las especificaciones que se van exigiendo en USA, Europa, Asia y el Resto del mundo que en relación a las exigencias de sus gobiernos locales. La legislación Argentina en este aspecto llegó luego de muchos años y al hacerlo no hizo más que establecer parámetros que eran perfectamente alcanzados por los refinadores, inclusive desde hacía ya un largo tiempo.
Alguien podría preguntarse entonces, cual es el motivo por el cual los productores se guían con los estándares extranjeros en lugar de las exigencias locales. En realidad existe una serie de respuestas a este interrogante y entre las mismas podemos nombrar las más importantes:
1. En cada mercado el esfuerzo económico requerido para ganar un margen extra de venta en el mercado local en detrimento de los competidores es superior al demandado para exportar el producto e insertarlo en grandes mercados como el americano o el europeo. Por esta razón los refinadores poseen un interés particular en alcanzar los estándares requeridos en esos mercados aumentando sus ganancias vía exportaciones.
2. No existen reglas claras de cuales serán las exigencias referentes a calidad de combustibles en el mediano y largo plazo y se toman en consecuencia, las especificaciones extranjeras como base de referencia para estimar cuales serán las calidades exigidas en el contexto local.
No obstante, no todos los países de Latinoamérica poseen el mismo grado de desarrollo y por ende sus realidades varían. La Argentina posee una nafta premium comparable en calidad a la vendida en países avanzados. De hecho esto también es cierto para las de menor calidad. No obstante, es claro que existe un camino largo por recorrer para alcanzar los parámetros establecidos por la RFG de Estados Unidos.
La demanda actual de naftas limpias o ecológicas exigen a los refinadores de petróleo fuertes inversiones de capital en sus instalaciones para mejorarlas e incorporar nuevas unidades de proceso que permitan proveer naftas de mejor calidad. Si bien la reglamentación de especificaciones de combustibles en los países menos desarrollados es mas pobre, los productores locales se auto-exigen alcanzar estándares internacionales observando claramente que es lo que sucede en Estados Unidos y Europa ya que estos son mercados abiertos a sus exportaciones.
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