Walter Di Nucci, Técnico en Seguridad y ex Policía
Los hechos delictivos cometidos por delincuentes motorizados en expendedoras continúan en aumento. Especialista alerta que en muchos casos, esta práctica se propicia a través de “zonas liberadas” para obligar al empresario pedir un servicio adicional y cobrar por ello
Los medios locales del Municipio de San Pedro en la provincia de Buenos Aires dieron a conocer un nuevo caso de inseguridad a manos de “motochorros”. En ese caso, dos delincuentes armados asaltaron el pasado jueves, la Estación de Servicio de la firma Caso S. A. ubicada en las calles Sarmiento e Irlanda, agrediendo al playero de turno.
Este caso, uno más de tantos que ocurren a diario, sirvió como disparador para que surtidores.com.ar, consultara al Técnico en Seguridad y ex Policía, Walter Di Nucci, sobre las acciones a tener en cuenta para prevenir de manera institucional la proliferación de este flagelo que pone en riesgo la vida de empleados y empresarios pymes de las bocas de expendio.
Mientras las normas obligan a los estacioneros a controlar a los motociclistas y colaborar con las autoridades mediante la orden de “no cargar nafta a las motos cuyos propietarios no tengan casco ni chaleco identificatorio”, los dirigentes de las Cámaras del sector y el Sindicato de Trabajadores, reiteran que “no tienen poder de policía”.
Al respecto, Di Nucci comentó que “si el Estado les exige a los dueños y empleados de Estaciones de Servicio que controlen a los motochorros, entonces deberá darles el permiso de portación de armas”.
Además, quien publica estudios especializados e información específica en su portal www.policiabonaerense.com, detalló que la “bajada de línea” del Ministerio de Seguridad y la Superintendencia de Policía es clara con respecto al patrullaje y la especial atención en lugares más expuestos como los establecimientos de venta minorista de combustibles.
Pero sin embargo, denunció que “la implementación de las estrategias depende mucho de la predisposición, buena voluntad o de la honestidad de cada jefatura distrital y muy especialmente, del encargado de cada Comando de Patrulla Comunitaria (CPC)”.
De acuerdo a lo explicado por Di Nucci, cada CPC se encarga en el distrito correspondiente de coordinar la marcha y las rutinas de los patrulleros y es aquí donde “se genera el nudo del problema”.
Alegó que “es muy común que en algunos municipios, se libere la zona y no se manden patrulleros para obligar al estacionero a pedir lo que se denomina el servicio adicional y cobrar por ello”.
Finalizó poniéndose a disposición de los referentes del sector expendedor y alentó a que se unifiquen por distrito y eleven por nota formal un reclamo a los jefes de los Comandos de Patrulla Comunitaria que son los responsables de las áreas que deben ser reforzadas.
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El Estado debe garantizar la paz social y la seguridad de cada trabajador. Y si le exige a las estaciones de servicios colaborar en la Prevención de la Seguridad. Entonces Debe Proveer Portación de Arma de Fuego a cada propietario y/o empleados de las mismas.