Los particulares consumidores de combustibles: el Club de los 50

Faruk Jalaf, presidente Cámara de Estaciones de Servicios del Nordeste (Cesane) nota como desde hace tiempo viene mermando la demanda de naftas y gasoil, en todas las variedades, con una tendencia más marcada en lo que respecta a los tradicionales.

Los Premium, en cambio, asegura que disminuyen en menor medida, por el perfil de quiénes lo prefieren: “son clientes con mucho más poder adquisitivo”, y por lo tanto, menos sensibles a los aumentos de sueldo. Sin embargo, explica que “el norte del país es la zona de menor ingreso per cápita”, por lo que se percibe con menor intensidad que en las grandes ciudades.

El ajuste de la economía impacta de lleno en la forma de consumir en las bocas de expendio. Jalaf cuenta a modo de anécdota que, un día, el playero de su local preguntó a un automovilista que estaba ya en el surtidor cuánto combustible quería que le cargara. A modo de complicidad, este le respondió: “soy del Club de los 50”.

El empleado entendió rápidamente el mensaje y Jalaf tradujo la situación: “la gente carga entre 50 o 100 pesos; los que llenan el tanque son viajeros o personas que manejan tarjetas de débito los primeros días del mes; vienen hasta dos o tres veces por día”. Por eso también suele haber largas colas en los comercios.

Como agregado, el empresario señala que en las zonas de frontera dejaron de llegar extranjeros de Paraguay o Brasil a las bocas de expendio: “no les conviene con el dólar planchado a 12 pesos”. Hasta hace poco, representaba un porcentaje de ventas importante.

Para lo que resta del año Jalaf tiene esperanzas de que la campaña electoral reactive el nivel de actividad: “hay obras y mayor movimiento y se suele entregar más combustible”. Ahora bien, luego de las elecciones, por su parte, no ve mayores cambios: “no creo que haya muchas modificaciones en el mercado”.