Contrapunto por la afectación de los biocombustibles en los tanques de las estaciones de servicio

“Todos los países que están por implementar biocombustibles se van a dar cuenta que eran felices y no lo sabían”, dijo Paolo Miranda, referente de la cámara de expendedores de Brasil en la Comisión Latinoamericana de Empresarios de Combustible (CLAEC), llevada a cabo hace 2 semanas en Guatemala, donde participaron empresarios de 9 países de Latinoamérica.

Aquella fue una de las frases que detonó la polémica en el sector de los derivados ecológicos. Sobre la afirmación opinó Federico Pucciariello, Presidente de la empresa productora de biodiesel Albardón Bio, quien dijo: “son cartas que juegan los petroleros que tienen intereses formados para que no crezca el biocombustible”.

El especialista contempló que algunas estaciones de servicio encuentran el problema de que al cortar el gasoil con biodiesel se les acumula agua en el tanque de carga, donde se forman bacterias. Denunció que ello evidencia un “robo” por parte de los empresarios que intentan aumentar el volumen del combustible usando agua. “El biodiesel no puede llevar agua porque su densidad la rechaza”, explicó.

“El biodiesel es un producto noble en todo sentido, ya que ni siquiera permite ese fraude”, ironizó y remató: “En una estación de servicio en regla uno no va a tener ese problema; el robo de gasoil es un negocio millonario”.

Por otra parte, en cuanto a la posibilidad de elevar los cortes de biocombustibles, Pucciariello destacó que en otros países, como en el caso de Alemania, se están practicando mezclas de hasta un 30 por ciento de biodiesel y que hay estudios internacionales, como uno realizado en Francia, que avala que los motores pueden tolerar la cantidad permitida en la nación teutona “sin ningún problema”.

Asimismo, recordó un estudio extraoficial realizado por la Cámara Argentina de Biocombustibles (CARBIO), quienes demostraron que en nuestro país se podría elevar la mezcla a un 20 por ciento sin inconvenientes.

Por último, hizo hincapié sobre la tendencia mundial para desalentar el consumo del petróleo y con este el impacto ambiental. Recordó el tratado internacional de Kyoto que exige para 2020 se llegue a un consumo en la matriz energética del 20 por ciento y reducir las contaminaciones de efecto invernadero en un 20 por ciento.

“Yo soy uno de los convencidos de que el petróleo, tarde o temprano, así sea gratis, se va a dejar de consumir. La gente tiene una mentalidad evolutiva y entiende que sacar biomasa de debajo de la tierra cuando tenemos la luz del sol que nos impacta diariamente es ridículo”, concluyó.