Cuatro pedidos de audiencia a la Secretaría de Comercio y ninguna respuesta

Manuel García, el presidente de la Asociación de Estaciones de Servicio (AESI) cuenta molesto las veces que intentó comunicarse con Augusto Costa, el Secretario de Comercio Interior, a través de notas, llamados telefónicos y solicitudes formales, con el objetivo de plantear regular el negocio de manera que las pequeñas y medianas empresas puedan subsistir frente al avance de los proveedores sobre el segmento minorista.

“Nunca nos llamó a pesar de que hemos insistido”, cuestiona. “Nosotros, los estacioneros blancos, para la Secretaría de Comercio y el Ministerio de Planificación no existimos. No nos tienen en cuenta. Es lamentable”, expresó en contacto con surtidores.com.ar.

García está preocupado porque siguen cerrando locales sin marca, mientras se radican otros nuevos y modernos que pertenecen directamente a las refinerías: “evidentemente las mega-estaciones que se han instalado son las que acaparan las ventas, concentrando el mercado en perjuicio del público usuario, ya que hay pueblos donde no hay bocas de expendio. Hay gente que tiene hacer 20 kilómetros para cargar el tanque”.

A pocos meses del recambio de autoridades, García ya no es optimista para el corto plazo: “este año no va a cambiar mucho el panorama y veremos qué es lo que va a pasar en 2016”, dice un poco desconcertado. No encuentra en los funcionarios atención para el sector expendedor. “Nunca tuvieron mucho interés menos ahora”, lamenta.

En una recorrida a la Provincia de San Luis, el empresario confirmó los resultados que arrojan las estadísticas de la Secretaría de Energía: “no quedan estaciones blancas; sólo se ven de YPF y Shell, muy vistosas y grandes”. Asegura que los operadores independientes resisten con despachos de gasoil al agro y las empresas de transporte. “Están en una situación muy crítica”, denuncia.

Tomar el ejemplo

García es un enamorado del modelo que aplicó Brasil en las últimas décadas.  A su entender el plan de Gobierno permitió duplicar la cantidad de establecimientos sin bandera, gracias a las políticas de precios libres y garantías de abastecimiento. “Hay que aplicarlo en Argentina; mientras los demás países de la región crecen nosotros nos achicamos”, compara.