Paritaria compleja: empleados de estaciones de servicio en la vereda opuesta al Gobierno

Carlos Acuña, Secretario General del Sindicato de Obreros y Empleados de Estaciones de Servicio (SOESGyPE) está más cerca que nunca de Hugo Moyano y Luis Barrionuevo, los máximos referentes del sindicalismo que enfrenta las políticas de la Casa Rosada.

Ayer, los dirigentes mantuvieron un encuentro en Mar del Plata para ratificar la unidad del movimiento obrero y dar batalla a la actual gestión de Gobierno en un contexto eleccionario. Quieren garantizar que se reclame en conjunto, para aunar fuerzas, antes de que asuman las   nuevas autoridades el 10 de diciembre.

Sin dudas, la fecha no es casual. En pocos días comienzan las negociaciones paritarias para gran parte de las actividades económicas, tal es el caso del sector expendedor de combustibles. Por su parte, Acuña anticipó que demandará a los empresarios un incremento de sueldo por encima de la inflación, considerando que en 2014 el índice de precios escaló más de lo previsto y que ahora es la oportunidad para recuperar el poder adquisitivo.

Esta foto en la que se observa a Carlos Acuña con Moyano y Barrionuevo deja entrever que en caso de conflicto con el sector Pyme no estará sólo. Por el contrario, en medio de la disputa política, no habrá dudas a la hora de plantear medidas de fuerza. También es de esperar que los playeros acompañen las batallas que lancen sus compañeros de otras ramas.

Mientras tanto, los escoltas de Acuña encuadrados en SOESGyPE están trabajando para reunir en un congreso multisectorial a las cámaras empresarias de todas las provincias. Ya quieren empezar a plantear los lineamientos de las negociaciones salariales. Por eso gestionan una nueva audiencia, que se concretaría en las primeras dos semanas de febrero, cuando los dirigentes estén de regreso.

¿En qué circunstancias llegan los operadores? No son óptimas para encarar una batalla de este tipo. Comenzaron el año con una pérdida de la rentabilidad del 5 por ciento, debido a la rebaja de los precios en surtidor que aplicó el Gobierno para acompañar la caída del crudo en los mercados internacionales. Además, a diferencia de 2014, no hay expectativas de aumentos.