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Representantes de las bocas de expendio independientes consideran que la única alternativa para conseguir beneficios comerciales por parte de las petroleras es a través de la lucha en conjunto con los empleados. Piden organizar una audiencia para impulsar la ley de comercialización de combustibles y sugieren marchar al congreso nacional
La fragmentación de la representación gremial empresaria del sector expendedor no mostró resultados positivos en la última década. Por el contrario, en nuestro país cerraron 2.500 estaciones de servicio desde 2003 a la fecha como consecuencia de las condiciones operativas negativas que establecen los proveedores de naftas y gasoil a los expendedores de la red.
Con esta experiencia, Manuel García, presidente de la Asociación de Estaciones de Servicio Independientes (AESI) plantea un giro en la estrategia: “en respuesta a la permanente negación por parte de las petroleras y del Gobierno Nacional de atender los reclamos de los expendedores de combustibles y en virtud de que el poder legislativo ha dado señales positivas para tratar la ley de comercialización de combustibles, que reglamenta el mercado minorista, consideramos que sería imprescindible convocar a una audiencia multisectorial a los fines de organizar una marcha al congreso para impulsar el proyecto”.
“Sería interesante que las cámaras empresarias y el gremio se reúnan para avanzar en la propuesta”, entiende García. En su opinión los empresarios deben trabajar en conjunto con la Federación de Obreros y Empleados de Estaciones de Servicio (FOESGRA) por su “poder de fuego”.
Esta idea de García parte de una autocrítica que a su entender debería hacer toda la clase dirigente de la actividad. “Claramente hemos fracasado”, sentenció. Cuestiona que no recuerda conquistas trascendentes en lo que a mejoras de la rentabilidad de los estacioneros respecta.
“Hace años que el Gobierno no escucha nuestros problemas y es hora de terminar con el avance de las petroleras”, enfoca el empresario.
El año pasado parecía que finalmente se iba a conformar una reunión entre todos los actores que participan del negocio pero luego la iniciativa quedó suspendida. A priori, los dirigentes se muestran interesados, aseguran que participarían, pero a la hora de confirmar la asistencia y organizar el encuentro, cuesta encontrar entidades que puedan saldar las diferencias en pos de objetivos comunes.
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