En la Argentina mueren 40.000 personas al año de manera inesperada
La Ley 27159, referida a la prevención de muerte súbita, obliga a instalar desfibriladores externos automáticos en espacios públicos y privados de gran concurrencia a fin de reducir la morbimortalidad súbita de origen cardiovascular. Se aguarda la reglamentación que determina en qué lugares deben ubicarse.
La ley de prevención de eventos por muerte súbita sancionada en el mes de julio establece la obligatoriedad de disponer de un procedimiento de emergencia en ámbitos públicos y privados de uso público, además de contar con un desfibrilador (DEA).
Si bien aún resta sancionar su reglamentación que ordenará específicamente los sitios que deban instrumentar la colocación de un DEA, se estima que además de escuelas, estadios, shoppings o museos, los comercios de gran concurrencia como lo son las estaciones de servicio también podrían estar incluidas en la normativa.
La legislación precisa que “los desfibriladores deberán instalarse en lugares de fácil acceso para su utilización ante una situación de emergencia, y su ubicación debe estar claramente señalizada”. Y prevé fuertes sanciones para quienes lo incumplan. Asimismo puede caber responsabilidad civil contra el titular del comercio si alguien sufre un accidente y omitió instalarlos.
Argumentación
En la Argentina, mueren 40.000 personas al año de manera inesperada. El 80 por ciento de esos decesos se produce por una fibrilación ventricular (o trastorno del ritmo cardiaco), un cuadro que puede evitarse empleando un desfibrilador (para la reanimación); en tanto, el 20 restante de los casos se pueden resolver con el método de emergencia de compresión torácica. En consecuencia, la formación de las personas en técnicas de Reanimación Cardio–Pulmonar (RCP) y la presencia de un desfibrilador son aspectos claves.
La muerte súbita se produce de manera inesperada y desde el punto de vista práctico un día antes de morir la persona tenía una vida normal. Lo interesante de esto es que varias de las causas que llevan a la muerte lo hacen a través de una arritmia totalmente caótica y el único tratamiento posible es parar el corazón y hacer un reseteo, y eso se logra utilizando un desfibrilador, que lo que hace es dar un shock eléctrico para que el corazón se pare y vuelva a funcionar de manera normal. Esta tarea se debe complementar con prácticas de reanimación que todo ciudadano debe manejar.
En este sentido, el Ministerio de Educación anunció que desde el año que viene se darán cursos de reanimación cardiopulmonar en las secundarias de todo el país, en cumplimiento con la ley nacional Nº 26.827. Con ese plan, se aleccionará a 1,3 millones de alumnos; también les enseñarán a realizar maniobras ante el atragantamiento y nociones sobre el uso del desfibrilador.
Uno de los impulsores del proyecto de ley, el senador radical Luis Naidenoff, explicó que “si se aplica RCP y desfibrilación dentro de los primeros tres minutos, las posibilidades de arribar con vida a un hospital se acercan al 60 por ciento”. En ese sentido, apuntó a que debe haber un cambio cultural para incorporar estas prácticas.
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Los legisladores muy pronto encontrarán argumentos para que sea obligatorio contar con:
-parque de diversiones
-centro de atención al suicida
-pista de aterrizaje
-palenque para atar caballos
-acuario