Un aliado de las estaciones que surgió en los 90 pero ya dejó de ser negocio

Los shops se expandieron en todo el país a lo largo de la década del 90, como complemento a la comercialización de combustibles. En su momento, fueron bien recibidos por las compañías petroleras, también por los operadores. Tienen una característica que los hizo funcionar y ser atractivos al público: el de permanecer abierto las 24 horas.

Sin embargo, Carlos Gold, presidente de la Cámara de Expendedores de Corrientes (CESCOR) explica que esta ventaja comparativa dejó de existir, por nuevos actores que surgieron con similares características. “Actualmente no son rentables debido a la fuerte competencia que se desató con otros comercios que también abren durante la noche”, señaló.

“Se transforman en una buena opción cuando tienen oferta de comida y están localizados en una zona estratégica, con espacio amplio y mesas para que la gente se pueda sentar; más que mini-mercados son locales de comidas rápidas”, sostiene. El viejo y tradicional shop asegura que “no es negocio porque el 50 por ciento de la venta son cigarrillos y tienen un margen muy bajo”.

¿Se da esta misma situación en todos los casos y en todas las provincias? Gold hace una diferenciación de acuerdo a la posición geográfica y respecto de las condiciones de mercado: “En las ciudades del interior rinde más; se transforman en lugares donde la gente va a desayunar, a leer el diario o a ver los partidos de fútbol. Es otra idiosincrasia”.

La renta que dejan estos puestos varía, pero en contadas ocasiones suele representar más del 20 por ciento de los ingresos de la estación de servicio. El corazón de la actividad es y seguirá siendo despachar naftas, gasoil y GNC. Sólo en estas circunstancias se justifica contar con un kiosco. De hecho, suele ser una forma de fidelizar clientes.

El problema de la inseguridad

En los últimos años se agregó un nuevo inconveniente a este rubro y es la ola de robos. Por este motivo muchos establecimientos bajan las persianas pasadas las 22:00 horas, sobre todo en zonas periféricas, alejadas de los centros de consumo y de la policía.