Superior al 10 por ciento
A raíz de la caída del precio del principal insumo del biocombustible, en el sector plantean que están dadas las condiciones para incrementar la utilización de la capacidad instalada de la industria, actualmente operando en promedio a un 70 por ciento. Es más económico que el gasoil ¿Cómo podría instrumentarse una medida de este tipo?
Ahora más que nunca las compañías grandes que elaboran biodiesel podrían volcar volumen adicional para cortar el diesel para uso vehicular, teniendo en cuenta que cayeron drásticamente los valores de los commodities en los mercados internacionales, lo que abarató el costo interno del producto de origen vegetal.
“Es un buen momento para aprovechar el mercado doméstico”, plantea Luis Zubizarreta, presidente de la Cámara Argentina de Biocombustibles (CARBIO). Es que se estima que el sector presenta una capacidad ociosa aproximada de 1.7 millones de toneladas que bien podría utilizarse para reducir las compras de gasoil en el exterior.
Zubizarreta sostiene que empresas de todos los tamaños podrían mejorar sus ingresos y continuar planificando inversiones, agregando dinamismo a una actividad que recién en los últimos meses, a partir de mayo, cuando el Gobierno redujo la alícuota de las retenciones, pudo retomar las operaciones de exportación.
El caso más palpable es el de las firmas grandes y no integradas, que en los términos de comercialización actuales, con retenciones móviles que varían mes a mes, aún no se animan a cerrar contratos con otros países y funcionan sobre el mínimo que les permite sostener el personal.
En principio, habría que torcer el brazo de la Asociación de Fábrica de Automotores (ADEFA), que se resiste a permitir una mezcla superior al 10 por ciento con el argumento de que caerían las garantías de los vehículos en circulación.
Lo llamativo es que en Brasil las mismas marcas autorizan incluso un porcentaje superior. Esto sin ahondar sobre el funcionamiento de la industria en general, ya que la comercialización de autos triangula con México y Brasil. Son los mismos motores, evidentemente preparados para consumir las distintas especificaciones de los combustibles.
Una medida de estas características implicaría un nuevo debate acerca de la distribución de los cupos de abastecimiento ¿Es viable instrumentar un mecanismo de competencia por el stock que se agregaría? En el esquema actual las Pymes tienen prioridad sobre el resto, aunque ya están trabajando al máximo de las posibilidades.
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