Se va reduciendo la brecha de precios de los combustibles entre provincias

Históricamente, cuando el desfasaje de costos y las diferencias impositivas comenzaron a aplicarse en las naftas y gasoil, se favoreció rotundamente a la Ciudad y conurbano de Buenos Aires, en detrimento de los consumidores de las demás provincias argentinas.

En algunos momentos, la brecha de precios en el surtidor superó el 15 o 20 por ciento, dependiendo la región, dejando de lado la comparación con la Patagonia, donde los beneficios tributarios impedían la comparación.

Pero algunos estacioneros recuerdan a surtidores.com.ar que no siempre hubo tanto contraste y aseguran que esto se originó durante la gestión de Guillermo Moreno como Secretario de Comercio, cuando se comenzaron a controlar los precios de los combustibles.

En ese tiempo, se sospechaba que se daban aumentos menores en la ciudad de Buenos Aires para evitar un mayor impacto mediático y un peso menor en el índice de inflación, teoría que otros gobiernos posteriores tomaron al momento de decidir congelar valores con la idea de que son los principales causantes de la suba del resto de los productos, concepto discutido en algunos casos por economistas, empresarios y hasta expendedores.

Sin embargo, con diez aumentos a lo largo de los últimos meses, la diferencia se fue reduciendo. Así lo comprueba una recorrida por las expendedoras de la Costa Atlántica, donde la nafta súper superó la barrera de los 100 pesos (102 a 103 el litro), en Paraná $97, en Santiago del Estero $96 y Córdoba 98,7.

La decisión involucra directamente a YPF ya que las últimas subas aplicadas por la empresa fueron más fuertes en CABA y de menor intensidad en el resto del país.

PROMESA DE CAMPAÑA

Los equipos que trabajaron en la plataforma electoral de Alberto Fernández, redactaron oportunamente “Federalismo Energético”, un documento que señalaba la necesidad de impartir una política que asegure al mercado interno un precio de los combustibles pesificado y posible de pagar en el surtidor.

El análisis precisaba que “no resulta lógico que los argentinos tengamos que mantener un nivel de precios de las naftas en dólares, con las mismas condiciones que tienen los chilenos o los uruguayos que no producen petróleo”.